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Trabajadores insensibles del Hospital Civil generan «viacrucis» de los pacientes para ser atendidos

La insensibilidad con la que se han conducido algunos de los trabajadores administrativos del Hospital Civil, provoca que los pacientes conviertan en un auténtico «viacrucis» su paso por el nosocomio para recuperar su salud debido a las trabas que ponen para que sean atendidos.

Entre muchas otras personas, eso le pasó al señor Roberto quien narró que luego de lastimarse un pie, acudió al hospital para ser atendido y ahí comenzó su martirio ya que, de inicio, en el área de urgencias no tenían un lugar para sentarse pues ha sido rebasado el número de pacientes con la propia capacidad de atención que deben otorgar.

Tras 3 o 4 horas de espera y si ven que la afectación que lleva el paciente no es grave, simplemente lo mandan a su casa a recuperarse y si la molestia es por alguna fractura o por accidente de cualquier tipo que requiera atención más especializada la espera es peor debido a que no hay camas disponibles.

En el caso del señor Roberto, fue inmovilizado con una férula que le colocaron en el pie lastimado y tras ocho días que fue programado para cirugía, al llegar le indicaron que se había perdido la radiografía que le habían sacado, después, lo mandaron con las personas de administración que lo trataron de manera déspota.

Por fín consiguió la autorización para que lo atendieran pero le dijeron que tenía, primero, que costear por su cuenta la operación que salía en cerca de 7 mil pesos y después, que aunque pagara, tendría que esperar por que no había camas disponibles pero aparte, que no le podían asignar una cama por que no encontraban el expediente o historial clínico ya que en el área de urgencias se había perdido.

Ante la desesperación, el paciente le preguntó al encargado de admisión y egresos que después supo se llama Mario Magaña, que si entonces ante la falta del historial clínico en alguna otra circunstancia lo dejarían morir y la respuesta fue que «sí, por que así son las reglas en el Hospital Civil».

El señor con la dificultad que representa moverse dentro del nosocomio con yeso en el pié, gastó su dinero nuevamente en una radiografía y por fin cerca de las dos de la madrugada, logró que lo subieran a una cama pero con un diágnóstico diferente al que le había dicho en primera instancia y el nuevo diagnóstico, señalaba que no lo iban a operar, que solo le colocarían yeso de fibra de vidrio que tendría que comprar de manera externa el cual le costó 600 pesos.

Finalmente después de dos días y una noche de mantenerse entre la insensibilidad de los trabajadores y el diagnóstico diferente de los doctores, el señor salió del hospital con el pie enyesado nuevamente y con la frustración de que ojalá nunca le vuelva a ocurrir una desgracia mayor por que entonces si, dijo, «ahí quedo».

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