«La Grilla en Rosa» de Fabio. (versión que se hace bolas sin necesidad de engrudo)
El siempre delicado equilibrio entre paz tensa y caos se rompió en días pasados en Michoacán, entre enfrentamientos, quemas de vehículos, bares y cristianos y las autoridades -para variar- nomás como el tren Chihuahua-Pacífico, llegando tarde.
La actividad de los proactivos señores del crimen organizado dejó una cauda de muertitos y muy malas notas sobre el estado en todo el país y parte del extranjero, echando a perder lo poco o mucho que se avanza en seguridad pública y el discurso alegre que nos dice que todo está de peluches y que los delitos van a la baja en preciosos numeritos color rosita.
Una vez despertados los mandos encargados de la seguridad de sus sueños de caramelo, como que deben ponerse al tiro para que ya no haya negocios quemados, enfrentamientos a balazo pelón y víctimas mortales en estas alegres consecuencias de la tolerante política y no-estrategia oficial de «abrazos, no balazos» a los cárteles amiguis del mesías, causa y origen de todo este desorden.
En otras palabras: Michoacán ya no puede darse el lujo de salir del fuego para caer en las brasas.
YA CÁMBIENLE EL DISCO
De por sí es un plomazo en el hígado ver y escuchar al macuspano con sus infumables peroratas en las que descaradamente echa mentiras como si fueran palomitas de maíz, como para seguir oyendo sus traumas con el pasado reciente y su odio jarocho a Felipe Calderón y su compinche Genaro García Luna.
Además del salto cuántico en el tiempo que hace al brincarse los seis años de Enrique Peña Nieto, que nos hacen dudar sobre si ese sexenio fue una disfunción de la Matrix y realmente no lo vivimos, pues para el mesías sencillamente no existe, la aguja del vinilo mental del macuspano se quedó atorada en su trauma maternoinfantil de no reconocer ninguna derrota y seguir con su malo favorito, Felipe Calderín, en choros que resultan aburridos, previsibles y muuuuy repetitivos.
Aquí viene un punto bien simpático: a Calderín lo baña con las babas de odio que escupe a diario en la misa de siete, pero cuando le preguntan sobre proceder en contra de él por sus supuestos grandísimos, gravísimos, corruptísimos y cacareadísimos delitos… el mesías se hace ojo de ballena y echa agua por el ese y nos sale que no va a mover un dedo en ese sentido.
¿No? Entonces, ¿para qué diablos está friegue y friegue contra Calderón? Si tuviera prueba alguna procede y ya, ¿no? No se necesitan consultas a la borregada ni nada, sólo voluntad y… pruebas.
¡Ándele, ya dimos en el clavo! No tiene prueba alguna de nada, como no sea lo que se imagina en su inquieta cabecita, que siempre son las mismas mentiras sin sustento legal alguno, es decir, calumnias.
Denle su lechita tempranito para que el bebé geriátrico se duerma pronto y deje el único «trabajo» conocido que tiene, que es salir a decir tonterías, mentiras, difamaciones y desinformación cuando apenas empieza el día.
MARXELO THE DEFENDER
Ya me imaginé al inútil y corrupto Marxelo Ebrard en su versión de Capitán Molcajete, yendo al gabacho a «defender» México de los «ataques» de los gringos más acelerados que piden mandar a las Tropas de María (ups, esas son las de la parroquia de mi colonia), digo, las tropas de Rambos a nuestro país para escabecharse a cuanto malandro se hallen.
El Capitán Molcajete tiene, como su patrón, poca capacidad de lectura y comprensión: los gringos, que ven al narco asesino y tracalero en México y no ven a ningún capo gordo y cachetón dentro de su país, piden que los dos países se UNAN en contra de los cárteles. Los acelerados con una eventual incursión armada son los más antimexicanos, fanáticos del Peje naranja gringo. Eso no quita que ya hasta los demócratas estén hasta el queque de los choros defiendenarcos del mesías y su tropa.
Porque ese es el asunto: mientras los gringos dicen querer atacar a los delincuentes, acá los defienden y dicen que eso ataca a México. O sea, de acuerdo al razonamiento alrevesado del oficialismo, el narco es México, como ya había anotado en esta columneja con notable brillantez.
Marxelito bien podía evitarse el paseo de trabajo para dar vergüenza en el gabacho y nomás cooperar para acabar con la plaga delincuencial. Pero eso choca de frente contra los compromisos que el mesías tiene con los que le pagaron campañas y son operadores electorales de la secta.
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