Columnas

Reyes Magos 2024

«La Grilla en Rosa» de Fabio  (versión que no dejó zapatito)

Los Reyes Magos venían camino a Belén para el nacimiento del Niño Jesús anunciado con el simpático video de revelación de género que colgaron sus padres en las redes sociales de la provincia romana de Mexicum.

Trataban de llevarse las cosas con calma, pues ya sabían que, en una de esas, los agarrarían los corruptos agentes del Instituto Nacional de Migratio Romana, los cuicum municipalum, federalensis o estatalicum y, en el peor de los casos, los narcum, amos y señores de los caminos de Mexicum gracias al pretor Pejherodes, debido a su asociación con los criminales conocida como «amplexus, non bullarum» («abrazos, no balazos»).

Sus peores temores se hicieron realidad cuando andaban ya por carreteras de Tamaulipensis, cuando se les atravesó al paso un contingente de narcum que de inmediato amenazaron con llevarse a Baltazar y pedir rescate en dollarum por él a sus parientes centroamericanum, a pesar de que el Ray Mago era de la villa de Bayans e al Karaj, en Irak.

Tuvieron que dejar el elefante a los narcum para poder continuar el camino. Pero las desventuras no acabaron ahí. El caballo de Melchor trompicó gracias a un bache no arreglado y dejó caer al Rey Mago y toda su carga de juguetes, incienso, oro y contrabando de seda y chucherías chinas que llevaba. El Pueblo Buenum, integrado por las huestes de los Famelicum del Bienestarum, pronto asistieron al lugar del accidente, y en menos que un morenistum plagia una tesis de licenciaturum saquearon toda la carga y dejaron al rey en tarzanerum.

El viaje continuó con los tres Reyes amontonados en la joroba del camello, que por fortuna era último modelo y traía asientos extras y aire acondicionado. Eso no obstó que no pudieran pasar por una carretera construida por el Pueblo Buenum por ordenes de Pejherodes, quien decía que hacer vías en el imperium era bien facilitum y no requería ciencia alguna.

El Pueblo Buenum se clavó la pachochum destinada a comprar materiales de calidad e hicieron el camino a lo pendejum, dando como resultado que se desbarató en cuanto pasó el primer arreo de ganado por la vía, y como ya no había sestercios para repararla, la dejaron con aspecto de superficie lunar.

Una vez que se sobaron los chipotes, los Reyes Magos pretendieron seguir a Belén, pero una multitud se les atravesó y antes de que lo supieran ya estaban en medio de un mítin de la candidata a pretor Claudius Pupa Ineficientum, en el que les pidieron aplaudirle hasta que las manos les dolieran, todo a cambio de una torta, un Frutsi y una onza, que además resultó ser de cobre, no de plata.

Una tormenta de encuestas los sorprendió la llegando a Belén, y en todas iba ganando Claudius Pupa Ineficientum por el 7569 por ciento de los votos a la candidata de oposición, la Domina Equis, encuestas más falsas que la honestidat de Pejherodes.

Ya afuera de la cueva del Nacimiento, una horda de indefinidum gritaban a San José que el Niño Jesús debía ser quien escogiera su género porque esa era la moda del momento, e insistían en que eso de ser hombre y mujer por biología y preferencia eran inventos del patriarcadum nefastum que odiaba a los inmaturus que se dicen no binarios, no humanos y no pensantes.

Hartos, los Reyes Magos aventaron sus regalos a la cueva por encima de las cabezas de los millenials y  se regresaron a toda prisa a sus provincias, jurando que para la otra iban a enviar sus presentes por Amazon para no exponerse a tantos peligros en su viaje, pues se enteraron que lo que andaban siguiendo no era la estrella de Belén, sino el dron de los narcum que llevaba una granada hechiza para arrojarla en un cuartel de los cuicum de esa ciudad.

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