Columnas

Rescatando al soldado «Mayo»

«La Grilla en Rosa» de Fabio  (versión que no ha perdido la lógica, como el narcogobierno actual)

Al «Mayo» Zambada, como al Ratón Vaquero, ya no le gustó el encierro en que los tienen los gringos y prefiere que lo regresen a México, donde la pasaba cachetonamente gobernando el país a través del gordo macuspano y su reseca gerentE. Por eso, ya mandó decir que, porfita, lo devuelvan a sus queridas serranías donde delinquía tan a gusto. Se lo exige a la titinA tronándole los dedos para que así sea.

Así de grandes los ovoides del delincuente. En un mensaje que daría risa si no fuera en serio, demanda que el gobierno mexicano lo regrese a nuestro país, porque los gringos lo secuestraron «ilegalmente» (el amo de la ilegalidad hablando de legalidades), porque eso es una ofensa a la soberanía mexicana (¿desde cuándo agarrar capos y mandarlos al gabacho lo es?); alega que si no se interviene a su favor, y esto llama la atención, «políticos y funcionarios mexicanos podrían ser secuestrados y llevados a Estados Unidos». ¿Ya piensa ahora sí abrir la boquita para echar de cabeza al mesías y su secta, o son puras habladas?

Sentencia que «Estados Unidos carece de legitimidad para imponerme una sanción tan grave como la pena de muerte». Órale: un capo en cuyo nombre han muerto cientos de miles, o millones, hablando de legitimidad para decidir sobre vidas ajenas. Y se pone a dar órdenes: «El Estado Mexicano tiene la obligación de intervenir y exigir garantías formales de que no se me impondrá pena de muerte».

Si habla del Estado mexicano actual, comprado por el narcodinero del «Mayo» y demás cárteles, que por tanto son sus empleados y que por ello se siente con derecho a ordenarles que lo saquen del bote, claro que habría obligación, pues para protegerlo les pagaba. Un gobierno legal no tiene obligación alguna de defender a un delincuente que está acusado en Estados Unidos de delincuencia organizada, homicidio, narcotráfico, lavado de dinero a gran escala y cientos de delitos más.

Y le pone más: que es «una obligación» del gobierno levantar una protesta formal… porque las fuerzas de Estados Unidos lo secuestraron y encarcelaron por todos sus delitos. Seguramente quería que, como acá, las órdenes de aprehensión fueran de a mentiritas y que un cuico en activo pagado por el desgobierno de Sinaloa fuera su guardaespaldas personal.

De ese tamaño han de ser los cheques que le dio al mesías, que se pone a exigir que lo liberen o habrá «un colapso». Pero sucede que al «Mayo» no lo van a soltar los gringos ni en esta ni en las siguientes siete eras geológicas de la Tierra, pues es el capo más importante de todos. Menos aún si se sabe que el gobierno actual no sólo se enojó por su detención, si no que ha exigido que se los regresen porque es un narco mansito que da la patita, al que juzgarían acá con unas horribles cárceles sin puertas ni rejas, en las que pueda hacer fiestas y en donde vayan y vengan chiquigordis en tanga para que no se aburra.

Los gabachos ponen oídos de cantinero, pues ya saben que, en el remotísimo caso de que lo devuelvan, más tardaría el capo en poner un pie en el país que en huir con la gracia de una dama a desconocido lugar. O que en una de esas, lo exoneren de todos los cargos y condecoren con la Medalla El Chico del gobierno mexicano, como al infame General Cienfuegos.

Hasta aquí todo suena ridículo y sin lógica, ¿verdad? Pues más ilógico es que… la obediente Titina nos saliera hoy con que piensa analizar el caso del pobrecito capo preso en la cárcel de sus besos por la forma de hacer eso a lo que llaman amor.

En serio, no lo inventé: si de por sí ya lo defendían, ahora verán como le hacen para que el patrón suyo y de su creador no se enoje y empiece a soltar comprometedora sopa de narco a borbotones, que es lo que todos nosotros queremos y ellos quieren evitar at all cost.

Un gobernante serio ni siquiera haría caso a las exigencias del capo, pero en el mundo al revés que es México en las garras de la secta, esas son órdenes que hay que obedecer.

El pequeño problemita es que Trump y todos los gringos -todos, es en serio- ya quieren que la hemoglobina de narco llegue al río, y ven que sus presiones no están funcionando como deberían. Apenas ganó, el racista antimexicano le tronó los dedos a la TitinA para que obedeciera lo de agarrar capos y acabar el fentanilo. Milagrosamente, aparecieron drogas a lo güey para decomisar y caen todos los días capitos, capotes y capotitos, ninguno lo suficientemente importante como el «Mayo», pero la política oficial sigue siendo negarse a combatir de frente a los narcos porque así lo exige el que firmó el pacto de impunidad en sus campañas eternas.

Mientras Estados Unidos y Canadá ya los declararon oficialmente organizaciones terroristas, la bruta Sheinbaum no sólo se niega a hacerlo también, si no que mandó dos iniciativas (absolutamente inútiles, sólo para apantallar a la porra) para otra vez manipular la Constitución con refuerzos a la soberanía, entendiéndose como soberanía defender a los cárteles de los inminentes ataques armados que ya se les vienen.

La resecA está enredada en una trampa que no se le habría ocurrido ni al Jigsaw de las películas del «Juego de Miedo»: debe obedecer sin alegar lo que le ordene el narcuspano -abracitos al narco-; menos puede alegar con lo que le ordene el nazi naranja -acabar los abracitos y balear con todo al narco-, y ahora hasta el capo le truena los dedos exigiéndole que lo obedezca y libere. En cualquiera de los tres escenarios se la van a llevar de corbata.

Decir que va a «analizar» las órdenes del «Mayo» nos indica que va a optar por la peor de las peores vías. Lo malo de eso es que es a México al que fastidia con su narcogobierno, sus narcodudas y sus narcocompromisos.

Twitter: twitter.com/Fabiocarton

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