«La Grilla en Rosa» (versión que quiere designar al presidente de Perú)
Todos sabemos lo chillón y mal perdedor que es el mesías cuando de elecciones se trata. No acepta que uno de los dos resultados posibles de someterse a ellas es perder. Y los berrinches del nene son monumentales, sólo comparables a su corrupción.
Lo habíamos visto a nivel doméstico. Pues, ¿qué creen? Que ya hace tangos a nivel latinoamericano. Así como lo leen. Ahora resulta que los peruanos están pero si bien mal de la choya y deben regresar las entradas por el espectáculo de defensa democrática que dieron la semana pasada, al deponer al golpista sombrero de bacinica Pedro Castillo.
Con la duda sin resolver de por qué tanto amor y tanto ahínco en defender al tarambana peruano, que es la copia al carbón de Pejito (inepto, improvisado, corrupto, autoritario), este martes el superhéroe de todo lo que no le importa salió a poner el prestigio de México como tapate al aventarse la dominguera de que, para él, Castillo sigue siendo presidente de la República Señoritalauriana del Perú, y que «las relaciones con ese país están en pausa».
Peruanos y mexicanos, entonces, nos hermanamos con una sola expresión ante este dictum del mesías: «Ah, chingá». ¿Y como por qué va a seguir siendo presidente el que fue desconocido y destituido hasta por los de su propio partido, quienes reconocieron que la regó al querer convertirse en dictador del país inca?
¿Por qué seguiría siendo presidente un inepto que aprovechó en cuanto llegó al puesto para enriquecer a cuates y familiares, que se peleó con todo el que pudo, que estaba incluso contra su propio país al solicitar «mar para Bolivia», una mamada marxista que quiere que Perú ceda territorio para que Wevo Morales tenga un pedazo de playita en el Pacífico, que Bolivia perdió hace siglos?
¿Por qué insistir en que es el presidente uno que fue desconocido por todas las instituciones fuertes de su país, Ejército incluido?
Ah, pues porque lo dice el segundo prejidente más requetepopularísimo de este lado del globo terráqueo y de todas las galaxias de aquí a Próxima Centauri. No sabía yo que sus ocurrencias eran ya al estilo gabacho: con validez mundial.
Me imagino que hasta las llamas están a risa y risa con el papelón que está haciendo «el genio comunicativo» (Leo Suckerman dixit), «el genio de las finanzas» (Estefanía Veloz dixit), «el presidente más liberal de la historia de México» (la gorda fresa e inútil Paty Armendáriz dixit) al exigir que se obedezcan sus órdenes de soltar a Pedrín el Babotas para que se venga a cotorrear chido a México, refugio de la fauna dictatorial.
Las carcajadas van a tumbar las nieves de los Andes.
Porque ya parece que Perú va a obedecer a un fulano cuya ridícula fama lo precede. «Sí, Andy, enseguidita te mandamos a Pedrín y su sombrero seleccionador onda Jarry Poter del desierto de Lima, envueltito para regalo, para que le masajees las corvas, le des de comer en la boquita y todo el paquete VIP para Dictadores que le reservan a los compas de la causa en México, país antes respetado. ¿De qué color quieres el moñito?»
A falta de otra nacionalidad, créanme que la mexicana ya me da penita ajena gracias al mesías. Y todo el prestigio nacional se va al caño por defender a babosos que no valen ni la mugre de las uñas de cualquier perro callejero nacional.
Ah, y como cereza del pastel, el mesías insiste en que declarar a lo baboso en defensa de su inepto favorito no es injerencismo, pese a que el Congreso del Perú ya le advirtió que le baje la espuma a su chocolate por que injerencismo sí es.
Una congresista peruana, Gladys Echaiz, de plano ya propuso declarar persona non grata en esa nación al popularísimo. En vía de mientras, en el extranjero nos ven con asquito. Qué vergüenza.
Mismo planecito tiene para 2024: desconocer cualquier resultado que no le favorezca. Aguas.
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