Texto del historiador aficionado Tlatoani Cuauhtémoc
México se quedó sin acta de Independencia desde 1909 hasta noviembre 1961.
Esto es lo que se sabe de cuando se perdieron las 2 actas originales de nuestra independencia; por cierto, una de ellas vendida por un “funcionario infiel a un viajero curioso”, y cómo se recuperó una de ellas en una librería de libros usados en Madrid, que finalmente fue entregada al gobierno mexicano en 1961.
El 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante entró a la #CDMX con cerca de 16.000 efectivos, todos encabezados por Agustín de Iturbide, vestido de civil. Ese día cumplió años el nacido en Valladolid (ahora Morelia). Este evento marcó el fin de la guerra que había iniciado el 16 de septiembre de 1810 por el párroco de Dolores. México adoptaría un gobierno monárquico moderado constitucional.
Al siguiente día se redactó y firmó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano, ya que este es el primer párrafo que de lee en dicho documento “Acta de independencia del Imperio Mexicano, pronunciada por la Junta Soberana congregada en la Capital el 28 de septiembre de 1821”. En la actualidad varios historiadores como el Dr. Jaime del Arenal y la Dra. Jiménez Codinach deducen que en realidad el 28 de septiembre es cuando se designa la comisión para redactar el acta, y que los 2 documentos fueron firmados entre el 2 y 5 de octubre de 1821. Por esta razón O’Donojú no las firma pues desde el 30 de septiembre ya se encontraba enfermó gravemente, para morir el 8 de octubre en la #CDMX.
En todo caso, se toma como la verdadera fecha de independencia de México el 28 de septiembre de 1821.
¿Por qué se elaboraron 2 actas de independencia? Porque una iba dirigida al Poder Legislativo y la otra al Ejecutivo, para ubicarse en el actual Palacio Nacional. Gracias al conservador e intelectual Lucas Alamán, sabemos que en 1930 esta última acta «fue vendida por empleado infiel a un viajero curioso» en 1830, apareciendo dos años después en Francia. Alamán trató de comprarla, de adquirirla, sin embargo sus negociaciones no fructificaron.
La segunda acta se quemó en el gran incendio de la Cámara de Diputados en 1909. Esta es la que fue entregada al Poder Legislativo desde 1821. Estaba ubicada en el Teatro Iturbide ubicado en calle Allende y Donceles en la capital mexicana, el cual fue usado como Cámara Legislativa Federal entre por 37 años, entre 1872 y 1909.
¿Y el acta robada del Palacio Naxiona? Sabemos que llegó a Francia. Después apareció en nuestro país como parte de la Biblioteca del Emperador Maximiliano, quien gobernó de 1864-1867. No hay certeza cómo la obtuvo; sin embargo, en la parte posterior del acta se puede ver el EX LIBRIS del Emperador Mexicano. Se dice que fue un regalo de Max a su esposa, Carlota. Sabemos que cuando es fusilado Maximiliano el 19 de junio de 1867, y el Imperio es destruido, el siniestro Padre Agustín Fischer se robó parte de la biblioteca del Emperador con todo y el Acta de Independencia. Vendió estos ejemplares en Londres, a donde escapó. Fischer fue uno de los consejeros de Maximiliano hasta los últimos momentos del imperio, un hombre de más de 2 metros de altura.
No sería hasta muchos años después cuando el intelectual, escritor, historiador y editor mexicano Joaquín García Icazbalceta logra rastrear la copia robada y la encuentra en Madrid, en la librería de anticuario Gabriel Sánchez, ubicada en la calle de Carretas. Posiblemente el contacto lo realizó este último. La compra y finalmente regresa a México “acta de nacimiento” de nuestra nación; sin embargo, permaneció en su colección de documentos históricos.
Al morir Joaquínen 1894, la heredó a su hijo Luis García Pimentel, descendiente de los Condes de Heras y Soto ya que su madre fue Filomena Pimentel Heras. Al caer su familia en desgracia al perder gran parte de su fortuna, Luis vende el acta a su amigo de años, Florencio Gavito en el año de 1947. Al morir este, dejó como una de sus últimas voluntades que su hijo entregara el acta al Presidente de la República, Esto se concretó en una ceremonia el 21 de noviembre de 1961, cuando Florencio Gavito Jauregi la entrega al presidente López Mateos.
En la ceremonia también estuvo el Secretario de Gobernación Díaz Ordáz. Esta acta en la actualidad se encuentra en el Archivo General de la Nación, sana y salva, para la felicidad de todos los mexicanos. En el anverso del acta se aprecia el Ex Libris de Maximiliano y su Imperio, y en la parte inferior el sello de la Librería de Gabriel Sánchez.
Estas fueron las aventuras del Acta de Independencia de México.