«Ni para caja para enterrar a mi cuñado, nos han apoyado el gobierno de Guerrero».
Francisco, señalo que su cuñado Carlos, fue uno de los 13 policías municipales de Coyuca de Benítez, asesinados el pasado 23 de Octubre, a manos de quien identificó como Chava Granados, líder delincuencial de esa zona que desde hace tiempo amenazó de muerte a los policías si no se alineaban con con su grupo delictivo.
«Varias veces llegaron sujetos armados a la casa de mi cuñado y amenazaban a toda la familia con matarlos si no se alineaban», dijo.
El día de la masacre, Chava Granados llegó con un grupo de hombres armados a la caseta de vigilancia ubicada en en «El Papayo», y ahí amagaron cuatro policías, a quienes desarmaron y quitaron patrulla, y los obligaron a pedir apoyo por radio, diciendo que los estaban atacando. Después los ejecutaron.
El secretario de seguridad pública del municipio y el director de la dependencia se dirigieron en apoyo. «Ahí iba mi cuñado; al llegar los masacraron. Ni siquiera pudimos enterrarlo: llegaron amenazas de muerte y junté a mi familia, a mi hermana y sobrinos y a escondidas salimos rumbo a Acapulco».
Ahí, la familia de Francisco prendía instalarse, pero días después el huracán Otis terminó con su domicilio y volvieron a quedar desamparados.
Al no tener donde vivir, se refugiaron en la ciudad de Morelia, Michoacán, con la esperanza de obtener ayuda.
Por ello, exige justicia para su familia pide a AMLO que voltee a verlos y les otorgue ayuda, ya que las que las autoridades del municipio de Coyuca de Benítez los han dejado solos.
También refirió que es conductor de un vehículo del transporte público, los cuales no se han salvado de la delincuencia organizada .
Aseguró que los delincuentes les exigen 500 pesos semanales por cobro de cuotas. «Si no accedemos nos queman las unidades, o los levantan y entonces se coopera el gremio para entregar el dinero que solicitan para soltar al compañero».
Al perder todo y quedar solo con la ropa que portaban, migraron a Morelia para buscar cobijo con las autoridades estatales y federales.
Indicaron que al igual que ellos, los familiares de los demás elementos policiacos masacrados huyeron de sus viviendas por las amenazas de muerte del grupo delictivo de Los Granados.
La familia de Francisco va a valorar si pueden quedarse en la ciudad de Morelia a vivir o tendrán que emigrar otro estado. «Tenemos miedo de que nos encuentren», dijo.