
Pejelandia, ese caos perfectamente organizado
«La Grilla en Rosa» de Fabio (versión forzada a habitar el paraíso morenarco)
Créanme que, de poder, desde cuándo habría huido de esta especie de país con arraigada vocación masoquistotercermundista. Sólo en esta especie de país se sigue votando por los rateros de Morena a pesar de las evidencias de su rapacidad, ineptitud y corrupción, y todo a cambio de todo el dinero de ahorros nacionales y de dinero de deuda que el mesías pide al extranjero como si fuera gratis.
En Pejelandia, esa nación de leche y miel que existe sólo en la mentecita de su creador y que proyecta en su pensamiento de mediocre colmena hacia su secta, el Iluminado ya le dio en la madre a Benito Juárez y lo tiene limpiándole las chanclas porque no hay héroe patrio como el macuspano; su preclaro pensamiento, dichos y obras tienen a México siendo la potencia número uno del Tercer Mundo (no del primero, pues la onda es ser mucho mejor… que Cuba); cada ocurrencia resultó en una máquina de hacer lana, y los hijos del representante del dios Fidel Castro en la Tierra son más trabajadores que un migrante mexicano en los campos de Estados Unidos.
La Realidad, esa vieja fea y amargada (dije la Realidad, no la Sheinbaum), siempre le lleva la contra al mesías y su misión depredadora. Resulta ser que a cinco años de la (permítanme recalcar) PEOR GESTIÓN PRESIDENCIAL EN TODA LA HISTORIA DEL PAÍS, los resultados son una inseguridad galopante, derivada del chiqueo y asociación descarados de AMLO con los narcos; la economía en terapia intensiva a fuerza de haberla tirado desde antes de llegar al puesto; los excesivos impuestos y regulación de las empresas que alcanzaron a sobrevivir a la pandemia; el agotamiento de todos los fondos ahorrados por décadas para que el mesías se pudiera vestir de Santa Claus para regalar dinero para comprar votos de idiotas para presumir «apoyo del pueblo», y otros muchos miles de etcéteras.
Entre esos etcéteras, los centenares de miles de muertos por la crisis de medicamentos y tratamientos a enfermos de todos los padecimientos; los muertos que los abrazados narcos han asesinado, desaparecido o eliminado por que sí o por ser sus enemigos, las mujeres asesinadas sólo por ser mujeres y más muertos de AMLO, no de los sexenios pasados.
Los habitantes de la mental Pejelandia creen que todo lo anterior merece continuidad. Claro: nada más inteligente que tirar el dinero nacional en las tres superideas del Iluminado que son una refinería en tiempos de energías limpias; un tren que depredó fauna, flora, campesinos, comunidades y riqueza arqueológica; y un aeropuerto rascuache que ni él usa. Continuar gastando en eso y en becas de inútiles es lo indicado.
Como indicado es seguir con un régimen cada vez más dictatorial y autoritario, donde los caprichos de un bebé de 70 años deben obedecerse a pie juntillas y son dogma de fe, donde los legisladores van a pedir permiso para hablar, siempre y cuando repitan palabra por palabra, y hasta con acento macuspano, los discursos de la misa de siete, pues ya se sabe que el reyecito gusta mucho de los micos imitadores.
Hay que estar como lobotomizado para no querer que este sexenio de fábula, con el presidente que es la Flor más Bella de la Encuesta y que es más popular que el embarazo adolescente, se vaya a tiempos extras y penalitas locas, ¿no? Increíblemente, así razona la mascotiza. Los que tenemos neuronas más allá del salario mínimo pensamos muy diferente: ya estamos hartos de Pejelandia.
En Pejelandia, ya casi vamos a tener que tramitar pasaporte, porque los narcos ponen controles y retenes en donde sea e instalan fronteritas en donde se les ocurre, y ellos dicen que pasa, quien no, quien vie y quien muere.
Pejelandia es divisiva, rencorosa, vengativa, asesina, narcotraficante, inepta, corrupta, cínica, violenta, dogmática, fanática y un cáncer para el país. Pejelandia es la viva imagen de su creador.
Pejelandia es la nación del extraño enemigo. Por tanto, Pejelandia debe acabarse antes de que acabe con México.
EL LASTRE DE LA SEÑO X
De un tiempo para acá, los opinadores andan muy apuraditos porque no ven a la Seño X, alias nuestra heroína de huipil, Xóchitl Gálvez, por todos lados, haciendo campaña descarada como lo hace la momia que dice ganar premios Nobel y acabar guerras en Vietnam.
Algo de razón tienen: los encargados de la preprepreprecampaña de la Seño X andan comiéndose los mocos y ella tampoco hace mucho por la labor al no contestar con la rudeza necesaria a la marea de ataques de parte de la secta.
Por este cachete, los partidos están más preocupados por repartirse posiciones y huesos a la sombra del eventual gobierno de la Seño X que en arroparla y hacer campaña de convencimiento y de lavado de cerebro y descontaminación oficial de muchos mexicanos, necesarios para que la hidalguense gane.
Para variar, somos los ciudadanos los que debemos sacar adelante a la senadora y al país, pues si nos atenemos a las mismas mulas de siempre, Pejelandia va a tener su anhelado tiempo extra de destrucción vía la Cecina Sheinbaum.
Si, como dicen, los partidos están con ella, que se note, con una chingada. No tenían candidata, no tenían opción ni fuerza; ahora que la tienen, les gana el ego y la grilla.
Apóyenla ya. No la chiflen, que es cantada.
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