
HERMOSILLO, Sonora, 5 de junio, (Bruno Cortés / Maya Comunicación / Círculo Digital).— A menos de 24 horas de cumplimentar su sentencia y recuperar su libertad, Gisela Peraza Villa, quien fuera empleada doméstica del gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, extrañamente fue acusada de posesión de marihuana, pues supuestamente ésta le fue encontrada en su celda.
Para la madre de Gisela, Eloisa Villa Luna, no hay dudas de que el responsable de esta nueva falsa acusación contra su hija es el gobernador Guillermo Padrés, quien ordenó a sus subordinados que ahora le sembraron droga para evitar que saliera de prisión a 4 días de las elecciones, en las que se presume una brutal derrota del candidato oficial del PAN.
“Esta es otra invención del infeliz del gobernador, le ordenó al director de la prisión que le sembraran la droga para evitar que salga de la cárcel. Ella es inocente y el juez la condenó porque está vendido y a las órdenes del desgraciado gobernador, que es responsable de lo que le pase a mi hija. Yo no le tengo miedo, que salga y me dé la cara, porque mi hija no robó y él se ensaña con ella”, expresó enfática la madre de familia.
Al encabezar una protesta por cuarto día consecutivo frente al Palacio de Gobierno donde exige libertad de su hija, Eloisa Villa Luna insistió en que su hija sigue secuestrada, privada de su libertad, por órdenes del gobernador Padrés, porque incluso la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación para liberar a Gisela Peraza.
Para la madre de Gisela Peraza, a ella se le encarceló porque casualmente pudo ser testigo de algo muy delicado para el propio gobernador Padrés y su familia. “Nos han traído más de cuatro años p’arriba y p’abajo sin que le comprueben que es culpable, y sigue en la cárcel. Sólo Gisela sabe lo que vio y qué escuchó en esa casa del gobernador y por eso la encarceló, para callarle la boca», dijo Eloísa Villa, en breve entrevista en el marco de la marcha de apoyo a su hija.
La madre de Gisela recordó que un informe y recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la trabajadora doméstica fue torturada por elementos de la Policía Estatal Investigadora (PEI) para que confesara culpabilidad, y aún tiene secuelas de los golpes.
Gisela trabajó por nueve años con la familia Padrés y hace cuatro años fue acusada de robo en presunta complicidad con un agente policiaco, sobrino del actual secretario de Seguridad Pública estatal, Ernesto Munro Palacio.
La ex ama de llaves estuvo recluida en el Centro de Readaptación Social (CeresoI) de esta capital, posteriormente fue trasladada a Huatabampo, luego a San Luis Río Colorado y de nuevo fue regresada a Cereso femenil de Hermosillo, de donde debió salir libre el pasado martes, pero no fue así por la nueva acusación, por supuesta posesión de droga.
Asegura que a Gisela le ofrecieron libertad y dinero a cambio de desterrarla de Sonora.
En tanto, Delma Peraza Villa, hermana de Gisela, intuye que el gobernador no la quiere liberar porque en los próximos días se desarrollarán las elecciones y “le tiene miedo”, teme a que hable de algo que se haya enterado, por eso la están inculpando nuevamente.