Una policía de la Guardia Civil solicitó permiso para salir a visitar a su hija hospitalizada, el cual le fue negado por su superior inmediato. La niña enferma murió sin que su madre pudiera despedirse de ella.
La policía, de nombre Mireya, había solicitado un permiso para visitar a su hija enferma en un hospital de la Ciudad de México, en donde estaba ingresada y ya desahuciada. El permiso le fue negado.
José de Jesús Rodríguez Pérez, encargado de la Guardia Institucional, fue quien negó el permiso a la guardia civil. La negativa causó molestia entre los elementos del cuerpo de seguridad estatal.
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