Columnas

Los zacates de Tata Lázaro

«La Grilla en Rosa» de Fabio  (versión que no vive de la fama de Tata Lázaro)

Muy orgulloso debe estar el de Jiquilpan con la descendencia que tuvo. Ambos, Cuauhtémoc y Lázaro Conguito, son causa de que el ex presidente baile breakdance de coraje en su tumba. Y no es para menos: los dos, mansitos, se doblan con vergonzosa facilidad ante el mesías panzón y flatulento que Cuauhtémoc creó al meterlo al PRD.

Son muchos y variados los numeritos que han hecho para dejar claro que los flamantes descendientes del que nacionalizó el petróleo (más como maniobra gringa para que no se lo quedaran los nazis que por las ganas de ver un México soberano) son un par de zacatones convenencieros a los que un enano ignorante somete con la misma y tolerada facilidad con la que roba dinero público.

El mesías se desgañita y repite ad nauseam que Calderón empezó la guerra contra el narco. Nunca menciona por qué. Resulta ser que 2006 Michoacán estaba -para variar- asolada por cárteles delincuenciales y la situación estaba descontrolada. ¿Quién era el desgobernador tarasco entonces? Lázaro Conguito Cárdenas Batel, nieto cubanistoide de Tata Lázaro, al que le crecieron los enanos del narco y no sabía qué hacer.

Fue a rogarle -nunca mejor dicho- al recién llegado Felipe Calderón que pusiera orden en el terruño, pues no olvidéis que el odiado Calderón es moreliano. Y así se desató la ofensiva frontal contra el narco que tantos miles de muertos ha dejado de entonces a ahora, y de la que los morenarcos echan pestes. Conguito Cárdenas Batel nunca puso en paz a los cárteles cómico-mágico-pentecostales que le brotaron como hongos en el estado, y que siguen en jacarandosa actividad hasta ahora.

Fuera de eso, y de haber entrado de dizque coordinador de asesores de un mesías que sólo se oye a sí mismo, de Conguito Cárdenas Batel no se sabe nada, ni fú ni fá, acerca de que haga o sirva de algo de provecho.

Por aquel cachete, Cuauhtémoc Cárdenas tiene la fama, pero no la eficiencia, de líder de izquierda. Desde que hizo berrinche y perdió la elección contra Carlos Salinas en 1988 (es otro que se inventó el cuento del fraude compló), fundó el nido de ratas que fue el PRD y se dio tiempo para crear al monstruito que terminaría por ningunearlo y humillarlo.

No olvidemos que Cárdenas llegó a Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, puesto en por el que estuvo friegue y friegue, y ya que llegó hizo todo con las patas. Su administración (so to say) fue como el agua de chía: espesa, babosa y fría.

O sea, fue pésimo ya en el poder, y tuvo la puntería de ser el descubridor del Peje para la vida nacional, crédito que no le da nadie. No hay que ser: hay que destacar su mérito en el crecimiento del peor cáncer que ha tenido la República en toda su historia.

Ese cáncer hocicón no ha perdido oportunidad de insultar al hijo de su irónicamente idolatrado Tata Lázaro. Hace unos meses, Cárdenas quiso acercarse a las organizaciones que critican el pésimo sexenio de su hijito político. En cuanto este supo, lo tachó de adversario y de ser «conservador». Con eso tuvo el cobarde Cuauhtémoc para recular y volver a su sarcófago de hijo del nacionalizador del petróleo.

¿Ustedes oyeron en este sainete a Lázaro Conguito Cárdenas salir en defensa de su padre por los insultos que le propinaron tanto el mesías como la candicalca, quien repitió -para variar- las babosadas de su creador? Yo tampoco. El cobarde número 2 de esta trama.

Apenas antier, los Cárdenas, papito y Conguito, fueron a ¿conmemorar? que el agüelito Tata Lázaro le dio matanga a las compañías petroleras con el chapopote nacional, para convertirlo en la gasolina del motor de la corrupción nacional. El purrún es que lo hicieron en un acto de campaña de la misma candicalca que antes los insultó después del Peje.

Cuatemochas Cárdenas dio luz verde al plan de volver en el tiempo a que México siga usando energías fósiles que el mesías le dijo a la candicalca que debe promover. Y es que el petróleo nacional que nos dejó Tata Lázaro (¿nos dejó, Kimosabi?) es el fetiche patrio que mueve al país. Que eso sólo pase en la mentecita mediocre de AMLO son nimiedades.

¿Y por qué están tan mansitos y dejados los Cárdenas con la Sheinbaum? Ah, pues porque le prometieron a Lázaro Conguito Cárdenas que él mero va a ser el director de Pemex en cuantito la reseca pose su inexistente trasero en la sillota presidencial. La promesa del hueso amansa a cualquier descendiente de Tata Lázaro.

Hablando de descendencia: ¿ser nieto de Cárdenas automáticamente le da a alguien los conocimientos y las facultades que se necesitan para dirigir una paraestatal petrolera, que además lleva años en quiebra técnica y que el mesías y sus ineptos acabaron de hundir al grado de ser una empresa basura para la inversión? ¿Traen los Cárdenas algo así como un PDF genético con las instrucciones para ser una fiera en cuestiones energéticas?

Si Conguito no pudo con Michoacán, menos podrá con Pemex, se los aseguro.

En resumen, los Cárdenas defienden más el amor al hueso que el honor familiar. ¿Honor, dije? Tata Lázaro tuvo como grandes logros la expropiación petrolera, que dio pie a la dilapidación de la riqueza nacional por parte de toda la clase política desde 1938 para acá; arruinó el campo nacional al atomizarlo en ejidos; a los indígenas, que tanto decía defender, los dejó igual o peor. Y anteriormente, fue parte de la conjura y dio la orden escrita de asesinar a Venustiano Carranza, héroe patrio con el que comparte altares.

Toda una fichita. Pero al menos no se doblaba ante mediocres.

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