«La Grilla en Rosa» de Fabio (versión que no rescata con sombrero ajeno)
AMLIBabá y sus 40 mil ladrones son la mera onda. Por órdenes del jefe de la gavilla ya depredaron todos presupuestos habidos y por haber, y ahora que en Acapulco requieren ser rescatados tras el choque de «Otis» contra el puerto, proponen quitárselo a quien sea para dárselo a los pobres, siempre y cuando juren fidelidad a la secta oficialista.
Eso, porque el mesías, que siempre maneja la lana ajena con liberalidad propia de quien se gasta lo que no es suyo, decidió por sus purititos y macuspanos echarse la lana del FONDEN, el fondo para atender desastres naturales que por sexenios existió y funcionó, en alguno de sus carísimos e inútiles mamotretos que llama sus obras cumbre, a saber, el Tren (Ma)maya, la anacrónica refinería Dos Bocas y la Central Avionera de Zumpango.
Por eso, proponen soberanas estupideces que para el nivel intelectual que manejan los oficialistas les parecen genialidades. Así, ese tipo que parece comediante chafa de película de ficheras, Ignacio Mier, junto con un ‘diputado’ doblemente fanático -de la 4T y de la secta La Luz del Mundo-, un tal Hamlet Almaguer, propusieron desaparecer los dineros de todos los organismos autónomos que mal que bien todavía son contrapesos a la dictadura de AMLO para destinarlos -ajá- a los damnificados de Acapulco. Uy qué idea tan oportuna.
Por otro lado, la machorra cleptómana (sí, lo dije, échenme a la CONAPRED) Ana Guevara, salió con su aportación de dos centavos de babosada al decir que se le ocurrió que sería bien chido que los estímulos económicos de los deportistas ganadores de los Juegos Panamericanos tengan también ese incierto destino que siempre tienen las ‘donaciones’ morenistas. No se contenta con dejarlos sin dinero para entrenar, si no que ahora se toma atribuciones que no le corresponden con dinero que no le pertenece, pero porque aún no se lo ha robado.
Y viene el rey de la secta a coronar el pastel, aunque no creo que sea el último, porque ya ven que él rebuzna y todo el morenismo le hace coros. El presidente más popular de aquí a Próxima Centauri, paladín que trabaja tres horas al día, que se preocupa por el bienestar de sus encuestas, que no fue beisbolista porque las bolas estaban demasiado redondas para su gusto, propuso la ideota de que los fideicomisos que aún no logra arrancarle al Poder Judicial se destinen a los damnificados de Acapulco. ¡Ay, qué magnánimo!
El «genio financiero» no sabe cómo funcionan los fideicomisos, que no son sobres amarillos que sus rateros hermanitos Pío y Martín vayan a entregarle en mano. Hay leyes y reglamentos, que al rato van a pasar a su lista de enemigos de toda la eternidad por existir, que impiden que llegue cualquier idiota a tomar los recursos. Y si esperaba que la ministra Norma Piña le dijera que nones para los preguntones, sucede que le respondió que sí, juega el pollo, que le dijera el cauce legal -recalco, legal- para hacer la finanza.
Upps. Macuspana, we have a problem. Ya no puede alegar que los ministros defienden privilegios; y si, como es el caso, no se queda ni distribuye el varo, el diosito de la perrada va a quedar de hocicón ante la tribuna. Y carrancearse los fideicomisos a la brava no se puede hacer. La boca castiga.
En ninguno de los tres casos anterior he escuchado al cara de padrote Mier, al defensor de pedófilos Almaguer, a la ladrona Guevara ni al mesías decir: «va mi sueldo por delante para ayudar a los damnificados». Hágase tu voluntad con los bueyes de mi compadre mientras debilito al Estado y consigo algunos votos.
Y hago notar que El Zorrillo y su pandilla, que quieren despojar de lana a medio mundo para dársela al pobrecito líder, hasta gratis saldrían caros como trabajadores, pero cobran como si cada peso invertido en ellos se multiplicara por 10 millones.
A ver con qué otra gansada salen queriendo suplir los dineros del FONDEN. Por ideas delincuenciales no paran.
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