
Los nuevos Niños Héroes y el Castillo del Chapoltepec
«La Grilla en Rosa» de Fabio (versión que no se envuelve en la bandera para agradar al público)
Resulta ser que el hartazgo de los gabachos por la campaña presidencial de abracitos cariñositos al crimen, el organizado y el no tanto, expresado por el secuestro de cuatro y asesinato de dos norteamericanos en Matamoros ahora es todo un tema patriotero de parte del mesías.
Los republicanos, que en su mayoría son algo así como morenistas, pero gringos, están que echan espuma de rabia por la permisividad que los mexicanos llevamos más de cuatro años padeciendo y los narcos disfrutando en esta especie de país. Y el acabóse se dio el viernes en Matamoros. Exigen que se ataque con toda la fuerza a los protegidos del Iluminado.
De entrada, nuestro Gran Pensador nos sale con que, palabras más palabras menos, que Estados Unidos se meta a México a hacer lo que no hace el mesías, es decir, atacar con toda la fuerza a los cárteles, «es un insulto a México».
Y aquí se queda uno con cara de «¡Ah, chingá! ¿Y desde cuándo el narco es ‘México’?» Porque señalan claramente a la delincuencia organizada, no al país entero.
A menos, claro, que esa delincuencia organizada te haya ayudado a quedarte con el país entero a cambio de que los dejes delinquir con toda tranquilidad, previos sobrecitos amarillos para las campañitas eternas, la vida de pachá -propia y de tus zánganos- y el cuento de la honestidá valiente.
En otra declaración que de plano causó risa, el mesías amaga con llamar a que no se vote por el Partido Republicano si sus miembros en las Cámaras de Diputados y Senadores insisten en que EU intervenga contra los cárteles mexicanos.
Como tiene taaaanto arrastre dentro del gabacho, a donde se han ido esos quienes salieron del país gracias al caos tan perfectamente desorganizado en que nos tiene, la mexicanada en pleno y todos los gringos de todos los colores en friega van a decir: «¡Oh, lo dijo la Encarnación de Huitzilopochtli! ¡Tiene razón, hay que votar por los demócratas porque los otros güeyes quieren tocar a los pobrecitos narcos mexicanos con sus balas feas y apestosas a pólvora!»
La respuestita de «los voy a acusar con su mamá hispana para que les pegue el chanclazo del desprecio electoral por querer atacar a los narcos que son México» de plano le dio risa, y mucha, al legislador texano Dan Crenshaw, quien se burló a gusto de ella.
Para empezar, le respondió al Iluminado que adelante, que les cuque a los mexicanos para que no voten por ellos, a ver qué pasa. Y enseguida, al veterano de guerra nomás le faltó cuestionar al Peje acerca de si se había caído de cabeza siendo chiquito o si el ácido fólico está prohibido en Tabasco, y es que puso en duda la capacidad de lectura y comprensión del mesías.
En sus mensajes, Crenshaw le dijo, muy clarito (pero en inglés, por eso a lo mejor no le captó, pues ya ven que el Preclaro no sabe más inglés que la frase «dame tus dollars») que México y Estados Unidos deberían unir fuerzas contra los narcos que matan mexicanos y envician a los de por sí viciosos estadounidenses.
Y a Crenshaw sí le extrañó que en vez de atacar a los narcos, lo esté atacando a él (como si fuese un cochino periodista mexicano) que propone atraparlos y detener su industria. Bienvenido al surrealismo nada mágico de México, Dan.
Otros republicanos fueron menos sutiles y sí exigen que los Rambos se vengan en tropel a acabar narcos. Marco Rubio, el infumable Ted Cruz, Lindsay Graham y demás pesos pesados del derechismo ultra de EU se burlan y atacan directamente al Peje por sus respuestas infantiles y su negativa a cooperar.
Además, ellos ya lo habían señalado directamente de estar ligado a los cárteles, en declaraciones de junio del año pasado.
Esa bola de insensatos no saben lo que debe ser el agradecimiento que se debe mostrar al Chapo por la lana y el narcoapoyo logístico para lograr gubernaturas. Ignorantes jijos de su Ku Klux Klan.
Ya encarrerados, el convenenciero Ricardo Monreal se quiso poner en la versión dientona y corrupta de Juan Escutia y, envuelto en la bandera de «Mírame, soy tuyo» dedicada al supremo líder, que se lanza a los medios a decir que él y su partidete no apoyarán una «invasión» a México de parte de los Rambos.
Para ilustrar un poco a Richie Monry, vámonos directito a la definición de invasión: «Del latín invasio, invasión es la acción y efecto de invadir. Se trata de interrumpir, entrar por la fuerza u ocupar irregularmente un lugar».
«… entrar por la fuerza u ocupar irregularmente un lugar». Pues eso mismo es lo que hacen diario, y a escala nacional, los narcoamigos del mesías, pudriendo la vida de la gente inocente, de los negocios y de todo el país.
El patrioterismo es un gran distractor de toda la bola de regazones que es este desgobierno, más porque Pejín se siente la encarnación de Fidé Ca’tro y ya se ve desde su Cuba 2.0 peleando con denuedo contra «el imperio», ese mismo que le da de tragar y al que se dobla a la primera provocación.
Porque, no se olvide, la bravura es sólo para el show; tras bambalinas, se le va en decir que sí a lo que le exijan los gabachos. Tampoco olvidemos cómo fue a humillarse y a aplaudir en su casa al presidente gringo más abiertamente racista y antimexicano de toda la historia.
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