
Los Estadios, las más grandes cantinas
Luis Carlos Rodríguez González
México, DF a 30 de noviembre de 2015 (Noticias México).- No era un asiduo visitante a los estadios de futbol hasta hace unos años en que mi hijo Diego empezó con el gusto por este deporte e iniciamos un periplo por diversas plazas como El Azteca, el Azul, México 68, El Hidalgo, en Pachuca y La Bombonera, en Toluca, para presenciar diversos duelos.
Todo esto viene a cuento porque con honrosas excepciones, los estadios en México se han convertido en las más grandes cantinas, sin control sobre los aficionados que se dedican a realizar desmanes, orinarse en plenas tribunas y con el riesgo latente siempre de actos de vandalismo, violencia y tragedias.
Si bien en México no se han registrado grandes tragedias en los estadios de futbol, como han ocurrido en otras naciones como Argentina, Italia, Camerún, Inglaterra o Moscú, donde la suma de muertos y heridos superan miles en conjunto por riñas, incendios, batallas campales entre barras, sobrecupos y multitudes que corren por túneles y pasillos.
La más grave tragedia en estadios en México ocurrió en 1985 en una final América-Pumas en el Estadio de Ciudad Universitaria, con un saldo de 11 muertos y 60 heridos. Los peritajes indicaron que el motivo fue el sobrecupo ya que el aforo del lugar es de 68 mil e ingresaron 90 mil. El túnel 29 del “México 68” fue el escenario del tropel de gente que paso por encima de quienes caían al piso.
Desde esa fecha a la actualidad se han dado algunos conatos de tragedia, con barras alcoholizadas que se enfrentan entre sí, decenas de heridos con petardos y bengalas, balaceras afuera de los estadios, cientos de lesionados y mutilados por la violencia, todo ello siempre aderezado con la venta indiscriminada de cerveza, la impunidad al interior de los estadios y la carencia de vigilancia y de un marco legal en la materia.
La Ley General de Protección Civil y su Reglamento, vigentes desde 2014, sólo se refieren de forma genérica y superficial a los eventos masivos y se reparten responsabilidades a nivel federal, estatal, municipal y delegaciones. No hay un capítulo específico para el tema de los estadios.
Es decir, hay un total vacío y discrecionalidad, siempre para favorecer a los dueños de los estadios, de los equipos de futbol y a las televisoras, donde las delegaciones o municipios tiene la facultad discrecional de otorgar permisos para los partidos, conciertos y otros masivos, sin contar con los mínimos requerimientos de protección civil.
Un ejemplo. Si un sábado por la tarde, con un Estadio Azteca con más de 100 mil aficionados las gradas en estas fechas de las finales del futbol, sin ser agorero, temblara y tuvieran que desalojar a los aficionados. Quién está preparado para ello. No existe personal de protección civil, más allá de los policías y de los elementos de una empresa privada que están más dedicados a recoger boletos y evitar que la gente se brinque al campo.
O bien. En un escenario de virtual bronca generalizada entre barras en el Estadio Azteca al final de un partido. La gente para dónde puede correr o resguardarse. La única rampa para salir y cruzar Calzada de Tlalpan está atiborrada de puestos ambulantes. Ninguna autoridad del Gobierno del Distrito Federal o de la delegación Coyoacán hace nada.
Tal vez ya sea tiempo y antes de cualquier tragedia, pensar en regular la venta de cervezas con efectividad, instalar cámaras para detectar los rijosos, todo ello para evitar desmanes en los estadios mexicanos y pensar en una Ley de Estadios, como la tienen otras naciones como Chile.
La Ley de Estadios en Chile regula la realización de los partidos de fútbol profesional; establece los derechos y deberes de los asistentes; los requisitos de los estadios en que se juegan los encuentros y las obligaciones de las entidades del fútbol profesional, de los organizadores y de los administradores de los recintos, así como las acciones previas y posteriores de las “barras” en las calles aledañas y el transporte público.
En México se requieren reglas claras y juego limpio en el negocio del futbol en los estadios para para reglamentar, obligar y responsabilizar a autoridades, dueños de estadios, equipos, futbolistas barras y aficionados por lo que hagan o dejen de hacer. Estamos a tiempo, después puede ser tapar el pozo del niño ahogado. Tal Cual.
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