
Los caprichos vacíos
«La Grilla en Rosa» de Fabio (versión sin vacaciones)
Ya parece deporte: cada que un mexicano que sí tiene conectado el cerebro a la razón, la razón a los dedos y los dedos al telefonete para subirlo a internet, invariablemente destacan: el (Ch)AIFA, vacío; el Tren Maya, vacío también, en plena temporada alta vacacional.
Los costos, casi inconmensurables y difíciles de conocer en realidad porque el mesías del narco siempre escondía sus raterías diciendo que las cuentas eran de «seguridad nacional», superan con mucho las cifras falsas con las que siempre vendió sus obritas inútiles el macuspano.
En los videos, muchos, que se halla uno en las redes, nos damos cuenta de cómo los mexicanos, metidos a corresponsales de ocasión, nos dicen cómo las instalaciones tanto del tren más ecocida del mundo, y del aeropuerto más caro y feo del planeta, están completamente vacías.
Para que lloren a gusto: Hasta hace dos años, sólo para pensar en que se recupere la megafortuna despilfarrada en el Tren Maya, el tal tren debía funcionar todos los días, en todos los horarios, lleno a tope en todos los trenes, por QUINIENTOS AÑOS CONSECUTIVOS. ¿Ganancias, que además el hocicón prometió que serían para sus soldaditos de chocolate? Ninguna de aquí a quién sabe cuándo, porque en cinco siglos y sólo cumpliendo las condiciones arriba mencionadas, el trenecito de la corrupción se pondría a mano con su costo, y después de eso empezaría a dejar algo de varo.
Así que este elefante no sólo sigue costando porque no está acabado, si no que es un barril sin fondo porque no paga lo que cuesta mantenerlo funcionando. Y si vemos que los ‘paseos’ para ir a Tulum llevan sólo dos pasajeros diario, ya se nota que jamás se va a recuperar costo alguno de esta idea imbécil del Iluminado de Macuspana.
Hablar de la Central Avionera es la misma: un aeropuerto viejo y mal ubicado al que el mesías se emberrinchó en convertir en un aeropuerto tan internacional que sólo va a países donde el mesías tiene amigos, Cuba y Venezuela. Tirar el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que iba a tener más de ochenta slots de llegada y salida de aviones y ya con las obras ya avanzadas, tiró la economía nacional al -8 por ciento del PIB, y eso no permitió el cobarde ratero Enrique Peña Nieto siendo todavía presidente.
Los caprichos del mesías no los pagó él, por supuesto, como no ha pagado ni uno sólo de sus crímenes. La lista es larga: desvío de recursos, latrocinio de recursos, corrupción, homicidio por negligencia por el pésimo manejo de la pandemia, por la crisis de medicinas y tratamientos que creó el mesías sin ayuda de nadie más y que ha costado la vida a cientos de miles de enfermos a lo largo del sexenio anterior y lo que va de este; los mexicanos muertos por su sociedad con los cárteles, las decenas de miles de muertos desaparecidos en este tempo, el más violento que México haya vivido jamás.
Y por donde uno le busque, encuentra que en donde puso la vista, el mesías echó todo a perder. Ahora mismo, hay casos y muertos por sarampión, enfermedad erradicada antes de que el multicitado llegara a destruir, porque primero era comprar votos que vacunar chiquillos.
Y pensar que hay quienes ven al mejor presidente del narco como lo mejor que le ha pasado a México…
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