Columnas

La rutina de nado lambisconizado

«La Grilla en Rosa» de Fabio  (versión que no se alinea a triunfos que no existen mas que en los otros datos)

Tres días seguidos de opinadores que se conectaron telepáticamente y, como hormigas obreras del oficialismo, de repente, se soltaron viendo visiones de un ‘triunfo’ de la candicalca en el debate con Xóchitl (la versión anoréxica y borracha de Brutus el de Popeye dejó claro su papel de palero golpeador a favor de la causa del narcopresidente).

Tres días de señalarle a la Seño X cada cosa, que si se puso nerviosa, que si no pegó fuerte, que si traía perejil entre los dientes, que a cómo está el jitomate en mercado internacional. Mientras, y todos en coro, ensalzando cómo «ganó» la reseca que se rió cuando la Seño X le recordó cómo se le cayó la Línea 12 y que se hizo taruga con todos y cada uno de los cuestionamientos de corrupción, suya y del mesías, que le hizo la hidalguense.

Según los opinadores, mentir en las respuestas, en todas, y hacerse taruga con los cuestionamientos indefendibles fue «ganar el debate». Órale. Si no la controlan, no la  fumen, micielas.

Más curioso es que ese numerito de nado lambisconizado fue protagonizado por los que son los clientes frecuentes de los insultos, mentiras, difamaciones, amenazas y revelación de datos personales del mesías. Carlos Loret, Joaquín López-Dóriga, Leo Zuckerman, Pascal Beltrán del Río, Denise Dresser, Raymundo Riva Palacio, Lorenzo Córdova y un largo etcétera de periodistas supuestamente prestigiados se prestaron a darnos sus altas opiniones sobre cómo ganar con mentiras y no respondiendo cuestiones espinosas en detrimento de una candidata de la oposición a la que le reclamaron hasta lo salado del mar.

Como a esta columneja no le falta puntería, ya había comentado esta sospechosa alineación de críticas hacia un solo lado desde mi espacio anterior. El periodista Pablo Hiriart opina lo mismo que su servilleta en su columna de este martes:

«Con sorpresa leí ayer lunes que una gran mayoría de analistas políticos y comentaristas, respetables y de buena fe, vio a Claudia Sheinbaum ganar el debate.

«Mayor fue la sorpresa al leer que la candidata de Morena ganó porque “no cayó en provocaciones”.

«¿De cuándo acá se le llama “no caer en provocaciones” al no responder señalamientos concretos y fundamentados sobre realidades?

«… Nuestros comentaristas celebraron como un gran acierto de Claudia Sheinbaum haber dicho que “hasta la bolsa de tiempo se quiere robar la candidata del PRIAN”, en referencia a una presunta falla del cronómetro del INE.

«Todo el rigor contra Xóchitl, mientras Sheinbaum pudo mentir a placer sin que la crítica la toque».

Mientras, acá en la Matrix huarachuda nacional, donde los otros datos oficialistas y de sus paleros sirven de papel de baño, las antes benditas redes sociales demostraron, con pelos y señales, que la clara ganadora del debatidillo fue la Seño X. Todas las encuestas serias le dieron el gane, lo mismo que las mediciones de interacción digital orgánica. no pagada.

Con eso, le decimos «P’os cuicuiri» a lo que digan los opinadores.

Ya para rematar, el dato que zanja la polémica: el mesías eterno víctima de todo y de todos, se enojó con tu títere porque en el debate no defendió sus logros de gobierno (¿cuáles?) ni su transformación de cuarta, además de que chilló que las preguntas fueron una campaña requetemafufa de desprestigio a su desprestigiado gobierno. Con su arranque infantil, el bebé geriátrico confirmó la madrina que le dieron a su candicalca. End of line.

EL DESMADRE CON ECUADOR

Versión Juan Escutia: El gobierno de Ecuador se pasó de choriqueso al entrar con sus agentes a detener al estilo americano al ex vicepresidente Jorge Glas, acusado y ya con orden de detención por cargos de corrupción y cargos diversos graves. Daniel Noboa extralimitó sus acciones y rompió acuerdos internacionales al entrar a fuerzas a la embajadita mexica.

Versión ecuánime: La crisis con Ecuador la causó únicamente el mesías, quien desde que su amigo narcosocialista Rafael Correa salió por patas del gobierno ecuatoriano se ha dedicado a dar asilo a militantes de ese régimen chavista perseguidos por las leyes de su país. Para eso, han usado la embajada de refugio y puente para llegar a pasarla chido en México por cortesía de los contribuyentes mexicanos, como lo han hecho con Evo Morales y la familia del fallido dictador peruano Pedro Castillo.

A eso se suma el efecto cucaracha que han tenido los «abrazos, no balazos» a los narcos de parte de AMLO, pues ya envalentonados y agigantados por la asociación e impunidad que tienen con el mesías, han parasitado diversos países, particularmente Ecuador.

La crisis se fue cociendo a fuego lento, pero las babosadas que dice el mesías de la secta fueron las que encendieron la pradera: decir que el asesinato por narcos del candidato a presidente Fernando Villavicencio se hizo para dañar a la candidata de su amiguis Rafael Correa.

Con la pena, pero si Ecuador reaccionó como reaccionó fue por culpa única y exclusivamente del mesías, a quien a partir de esto de repente ya le interesó que las leyes se cumplan, porque su incumplimiento lo afecta.

Nomás que la secta y el anciano quieren que los mexicanos declaremos a Ecuador el extraño enemigo y bajemos al caluroso país a hacerla de tos resortera en mano. Se va a quedar esperando, así como espera que Estados Unidos y Canadá también intervengan gustosos a favor del vejete cubanistoide que se ha dedicado a hacerles una grosería tras otra. No, p’os sí.

Como toda la vida institucional del país, el pejismo pudrió la diplomacia y el prestigio internacional mexicano. Que el pejismo componga sus tonterías con el montón de países con el que su cada vez más desquiciado mesías nos ha metido en broncas.

 

 

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