
La mujer sentada y el mesías ofendidito
«La Grilla en Rosa» de Fabio (versión que no se agacha ante un Iluminado con pocas luces)
Detalle destacado a fuerzas por el (ba)vocero del oficialismo: que la Ministra Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Peña, no se levantó (¡horror!) ante su patrón (¡hereje!) cuando lo presentaban en el acto de conmemoración de la Constitución Mexicana en el Teatro de la República en Querétaro, este domingo (¡cátara enemiga del oficialismo!).
Claro que el (ba)vocero Jesús Ramírez Cuevas contó la versión que mejor le acomodó, en su calidad de Goebbelscito millonario de la secta: la ministra, efectivamente, no se levantó de inmediato, que aparte no tenía obligación de hacerlo, pero lo hizo casi enseguida a aplaudir la presencia del Iluminadito y continuó el protocolo del acto.
Ah, pero tener la arrogancia de ser libre y no marioneta de AMLO le parece completamente reprobable al Goebbelscito de tianguis. Por eso, y porque la Ministra Peña le cae en el caracolito del ombligo a su patroncito, es que le armó esta especie de escandalete que sólo resulta ofensivo a los fanatizados, que creen que su pose de Dictadorcitum Empinatibus es mandatoria para todos los mexicanos.
Pues resulta que la Ministra le dejó claro que ni es su gata ni su mandadera, como sí lo fue el vergonzante Arturo Zaldívar. Santiago Creel, en su calidad de presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, también le habló duro y directo recordándole al macuspano que es presidente de todos, no sólo de su secta y las mascotas croqueteras compradas a puro billete público.
Ay, pobecito mesías. ¿Por qué le hacen eso, si ya saben que cuando se enoja avienta su biberón y su osito de peluche y se niega a comer su papilla?
Tan se enojó el nene por el detalle resaltado a fuerzas que este lunes se dijo «muy orgulloso» de la independencia de la ministra, que muestra la división de poderes que tanto le repatea. En cuanto a orgullos, vaya orgullitos piteros…
Goebbelscito tampoco dijo que, cuando Creel y la Ministra Peña llegaron al Teatro de la República, Baby Berrinchitos no los saludó por su nombre no los esperó para entrar al recinto; tampoco que cuando comenzó a cacarear su choro antineoliberal -tema muy relacionado a la Constitución-, otra vez no los llamó por su nombre y cargo, y Chuchita la Bolseada (Goebbelscito, pues) los sentó en lugares que denotan categoría inferior a la que ambos ostentan por sus puestos.
Así que cuando el mesías y su (ba)vocero hacen escándalo y se quejan de algo es porque se trata de campañas rascuaches contra los enemigos imaginarios del que se cree dueño del país.
Por cierto, la primera parte del título de esta columneja se refiere al cuento homónimo escrito por el dramaturgo michoacano (de Tepalcatepec) Sergio Magaña en 1947, que narra lo estúpido y violento de los castigos al estilo usos y costumbres de una comunidad indígena en contra de una muchacha a la que casan a fuerzas.
Les recomiendo lo lean para que sepan por qué el mesías desearía que la Ministra fuera la protagonista de la historia corta, Ana Juárez, para aplicarle la misma brutal pena con la que culmina esta historia del costumbrismo michoacano, todo por demostrar carácter y quedarse sentada.
https://es.scribd.com/doc/41465505/La-Mujer-Sentada
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