Columnas

La libre y la encorsetada

«La Grilla en Rosa» de Fabio  (versión que no sigue el guión de un anciano de mente anacrónica)

Mal empieza la semana al que van a ahorcar en lunes. Mal empezó la campaña (oficial; porque la ilegal lleva años y cientos de miles de millones de pesos malgastados en ella) la que alegremente aceptó ser títere con todo y control remoto -en forma de un vistoso palito lleno de chucherías, mal llamado bastón de mando-, que debe repetir palabra por palabra las contrarreformas y gansadas de su creador y quien cuando dice algo medianamente original suena tan retrógrada y poco atractiva como el líder de la secta que quiere eternizarse en el poder.

A la candicalca se le salen los borregos del teatro, le sobran sillas y le falta atractivo. Sólo van a sus mítines porque los fuerzan so pena de castigarlos si no asisten, esto en caso de ser burócratas o sindicalizados, o de plano porque les van a pagar una baba por vender país, voto y dignidad.

Se vio en Morelia en el fin de semana: no sólo van de borregos, si no que pretenden asarlos bajo el rayo de sol, tan mansito en estos días, haciéndolos esperar por horas a la candicalca, quien tiene la mexicanísima costumbre de llegar con unas cuantas horas de retraso a sus compromisos. ¿Por qué se tarda? Quién sabe, pero es seguro que no es porque se lleva horas en su arreglo personal.

También como se vio en Morelia, a los asistentes los obligaron a no salirse del estadio cerrándoles las puertas para impedir su huida. Muy democrático el asunto: tejones porque no hay liebres; a soplarse la tiplosa y aburrida voz de la candicalca, que por eso se gastan fortunas en tortas y frutsis.

Por eso, y porque ya van varios eventos, en el Think Tank de la favorita del profesor ya decidieron que no volverán a hacer eventos en estadios, porque se ven más vacíos que un velorio de pobre. Son ya como cinco ocasiones que nomás no llena ni con acarreados, incluso con la cancelación de un evento por falta de mascotas aplaudidoras. Esa decisión deja el pequeño problemita de que tampoco va la candicalca a eventos cerrados donde la cuestionarán de a devis.

Ya han sido varios los eventos nacionales y del extranjero en los que Sheinbaum aplica la Chilloninha inventada por su titiritero: negarse a asistir «por estrategia», así como AMLO no contestó preguntas de primaria que todos los demás candidatos respondieron sin broncas.

De modo que hasta ahora la candicalca no llena, no entusiasma, se niega a hablar con nadie y con multitudes no controladas; habla y repite que continuará los crímenes y sandeces del mesías, y no se aparta ni un ápice del discursito que le escribieron en Palacio Nacional.

Por supuesto que eso tiene consecuencias: la candicalca no sólo no crece, si no que va de bajada (en este punto entran porras y fanfarrias). No la interrumpan, que así siga.

Mientras tanto, con la arrogancia de sentirse libre (el mesías dixit), la Seño X anda por el país y en otras naciones llenando auditorios sin acarreo, entusiasmando a esos que el mesías desprecia y que creía eran muy poquitos.

Pues esos reciben con los brazos abiertos a nuestra hidalguense favorita, quien afortunadamente parece que ya entendió que no necesita payasadas y dislates para convencer a los votantes, son varios millones de mexicanos hartos de este sexenio de la corrupción y la ineptitud. A la Seño X le basta con que siga pateando a gol los tiritos que le dejan francos frente a la portería y sin guardametas. Va un ejemplo.

Épica la respuesta al ahora insignificante Marxelo Ebrard, quien pretendió exhibirla con un video de hace algunos ayeres en los que la Seño X pedía apoyo para Calclaudia Sheinbaum.

«Bien dicho Xóchitl», apuntó el corrupto Ebrard (Línea 12 no se olvida), cuando la Seño X en 2018 dijo: “Claudia Sheinbaum es la mejor candidata para Morena. Una mujer honesta, entrona, pero sobre todo está preparada para gobernar”.

Ante la pretensión de puya burlesca, Gálvez respondió a Ebrard: “A mí en seis años me defraudó y me hizo cambiar de opinión. A ti en seis meses te compró, te usó y te silenció”.

Todavía anda Ebrard buscando algunos dientes que le tumbaron por andar queriendo hacerse el chistosito y quedando bien con la candicalca que lo desprecia por decirle que su precampaña por la candidatura fue ilegal y corrupta.

Y mientras, muy sonriente, la Seño X va cerrando la brecha con apenas dos semanas de campaña oficial. Pese a eso, la candicalca dice que van por tener más de 30 millones de votos, más que los que el burro que tocó la flauta democrática consiguió en 2018.

Se vale soñar. De esos 30 millones de votos, tan cacareados, han perdido irremediablemente al menos la mitad, y como nunca es suficiente, el mesías sigue agrediendo e insultando a más y más mexicanos inconformes por su inepto desempeño, alentando la sangría de votantes.

Eso sí: la Seño X es consciente de que enfrenta al mapache de Palacio y a la candicalca, no sólo a esta última. Y tal es la desesperación que a diario el mesías se mete en las campañas con la alegre venia del INE, que no pone, ni pondrá, orden ni de broma a quien los impuso en el puesto.

Pero las intervenciones del preciso del narco de nada han servido: él no es la candicalca, aunque quisiera. Y se nota.

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