Columnas

Huracanes y estadios vacíos

«La Grilla en Rosa» de Fabio  (versión que es una zona de desastre)

En el mar la vida es más sabrosa, hasta que el mar se alborota y hace desastre y medio en tierra. Nada sabroso la están pasando en el puerto de Acapulco luego de la llegada del huracán con tendencias chichimecas «Otis», que dejó hecho garras todo a su paso, con vientos de 250 kph. Pero para el mesías no hay tos, porque está muuuuy pendiente de la desgracia desde su hamaquita en Palacio Nacional.

Es que ya ven cómo es el lidersazo: dice no ir a las zonas de desastre porque si se moja las patitas la nariz se le congestiona y a la Zopi no le gusta el olor del Vaporub para ponérselo en su pechito que no es bodega. Y luego está eso de cuidar la investidura, que en sus elásticos criterios está bien poner de tapete ante dictadores bananeros, Trump, los narcos y sus mamás, pero no ante la desesperada población afectada por un desastre natural.

Además, las desgracias naturales lo agarran fuera de su horario laboral (no se rían) de su única actividad diaria, de siete a nueve, y pues primero es lo primero, rendir pleitesía a la diosa Flojera, como buen mexicano de la costa.

Encima de todos esos engorros, no faltan esos malos mexicanos que le reclaman haberse clavado, digo, desaparecer el FONDEN que se usaba para estos casos, alegando por Santa Apapucia que estaba bien corruptisisisísimo sin aportar, pero por supuesto, ninguna prueba de lo dicho, como jamás ha presentado nada de pruebas de las acusaciones que suelta a diario.

Como no se trata de desentonar, la «doctora» y «física» salida de los talleres de maquillaje de criaturas de la serie «The Walking Dead», la títere Sheinbaum, afirmó por todo lo alto que el mesías, tan infalible él, ha dicho que había corrupción en el FONDEN y que ella está de acuerdo en todo lo que él afirme, hasta en las faltas de ortografía con las que habla su manejador.

Y como ya de por sí Guerrero está pagando haberse dejado comprar con los espejitos morenistas al tener a una gobernadora de mentiritas, una alcaldesa de Chilpancingo abiertamente ligada al narco y a todos los cárteles posibles aterrorizando a la población, la desgracia natural sólo llegó como refuerzo de la desgracia de decisión electoral que hicieron los guerrerenses, que espero estén gozando de las delicias de los desgobiernos pejistas.

En esos asuntos estamos cuando a Mario Delgado, pescado anfibio que roba como rata y ladra como perra morenista (el diputado María Clemente dixit), se le chispoteó un mítin en favor de la títere del Peje en el Estadio Azul, que ni con acarreados pudieron siquiera medio llenar.

Más desangelado que un sepelio de pobre, para salvar la imagen de la corcholata edición Walking Dead decidieron cancelarlo por aquello de que la candidata supercalifrásticaespialidosa que es una aplanadora en las encuestas que encarga su equipo para presumirlas en redes, se iba a quemar gacho en un estadio vacío.

Luego del bajón de avión a las ínfulas de invencibles y populares que creen tener en la secta, la ardida por la no llenada del estadio no se las van a quitar ni con toda la Vitacilina del mundo.

La ineptitud y la rapacidad que dejaron a Guerrero a merced del huracán «Otis», tampoco, dicho sea de paso. Y mejor ni menciono que «Otis» es destructivo, porque en una de esas le ofrecen candidatura para Jefe de Gobierno de la CDMX por parte de la franquicia electoral oficialista.

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