Expectativas para un nuevo ciclo escolar
Horacio Erik Avilés Martínez*
El próximo arranque del Ciclo Escolar 2024-2025 genera, desde ahora, expectación respecto a si tendrá novedades con relación al anterior. En lo político, se espera que se empiece a notar la mano de la ganadora de la elección presidencial del pasado 2 de junio, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, quien a su vez designó como titular de la Secretaría de Educación Pública de este país a Mario Delgado Carrillo, sobre de quien recaerán las altísimas expectativas que ha generado la Dra. Sheinbaum desde su campaña, cuando mencionó que ella querría ser recordada por las próximas generaciones por haber sido “la presidenta de la educación”. Lo anterior implicará que no hay tiempo que perder ni recursos por desperdiciar. Es momento entonces de poner manos a la obra y realizad desde ya modificaciones en diversos sentidos, tanto de proceso, como de relación, así como en la aplicación y apropiación del nuevo modelo educativo, conformado durante este sexenio que prácticamente culmina en un par de meses.
Que no hubiese señales de transición en el arranque del nuevo ciclo escolar enviará mensajes fuertes respecto a la transición que se generará en nuestro país a partir de la toma de protesta presidencial y de la toma de posesión de los nuevos titulares del gabinete educativo. Por ello, aunque sean mínimos se espera que sí se den anuncios de modificaciones en el corto plazo.
Un aspecto muy particular serán los libros de texto gratuitos, los cuales, una vez más constituirán materia de atención de los más amplios sectores poblacionales: estudiantes, magisterio, padres de familia, académicos, sindicatos, sociedad civil organizada, medios de comunicación, actores políticos y la ciudadanía mexicana en general. Esperaremos que no se repitan los mismos errores que generaron tanta polémica en su primera edición, donde las erratas abundaron y se generó una dinámica muy complicada en los medios de comunicación, en los tribunales y hasta en las aulas.
Se supo que, durante el ciclo escolar que acaba de concluir, tanto en el país como en Michoacán de Ocampo en particular, un número aún indeterminado de docentes determinaron no emplear los libros de texto gratuitos de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), por no contar con las mejores condiciones para tales efectos. Más aún, se sabe que el proceso de impresión y distribución de los materiales educativos es aún lento y burocrático, dificultando que siquiera se contase con los libros en cada comunidad escolar de la nación y de la entidad federativa, hecho que orilló a muchos maestros y directivos a tomar la decisión de mejor apoyarse en las ediciones anteriores de los libros de texto, haciendo colecta de ellos o fotocopiándolos. Esto no debería de volver a ocurrir así.
Este nuevo ciclo escolar correrá nuevamente la oportunidad de dotar de la necesaria y suficiente formación continua y actualización respecto a la NEM para los trabajadores de la educación, especialmente para docentes y personal frente a grupo, No olvidemos que, para los ejercicios anuales 2023 y 2024 apenas si se asignaron 85 y 96 pesos anuales por docente en el presupuesto educativo federal aprobado por el Congreso Federal.
En su momento, desde la red que conforma Mexicanos Primero y sus capítulos estatales emprendimos una labor de análisis de los libros de texto de la NEM, en la cual encontramos fortalezas y áreas de oportunidad, para a su vez, emitir opiniones y recomendaciones en pro de la mejora continua de la educación nacional. En cuanto estén publicados los materiales educativos mencionados estaremos emprendiendo una labor análoga, para verificar cómo van evolucionando los libros de texto gratuitos y con ello, la política educativa nacional en su trascendente misión de asegurar los derechos educativos de las niñas, niños y jóvenes en cuanto a estar, aprender y participar en las escuelas mexicanas respecta.
En lo laboral, sin duda habrá relaciones renovadas entre la parte patronal, los sindicatos y fracciones gremiales en nuestra nación, toda vez que se entablaron pactos, se firmaron acuerdos, minutas y se lograron mesas de negociaciones exitosas para ambas partes. Se espera que, aunque no se alcance una relación públicamente tersa, sí continúe disminuyendo el malestar gremial que alguna vez paralizó el sistema educativo de diversos estados de la república y amenazó con colapsar a toda la nación. Ahora, al haber aceptado las cúpulas gremiales, directamente o a través de interpósitas personas formar parte del gobierno, ocupando cargos de elección popular y por designación, será más difícil que continúen con una actitud beligerante en contra del régimen en el poder.
En cuanto a temas socioeducativos, se espera que continúen los programas de apoyo para las niñas, niños, jóvenes y sus familias, referidos a brindar recursos económicos directos, a través de becas. Así también, que seguirá la entrega de recursos a través del programa La Escuela Es Nuestra para mejoras en los planteles educativos que resulten beneficiados. A la fecha, no se sabe si por fin esta clase de transferencias económicas serán transversales y estarán vinculadas con indicadores de desarrollo humano, en afán de construir capacidades entre los recipiendarios, las cuales a su vez les permitan alcanzar una mayor calidad de vida en el corto plazo. Así también, será momento de conocer si se hará una evaluación de La Escuela Es Nuestra
En cuanto a aprendizaje, sabremos si se mejorarán los exámenes que realiza la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU), partiendo del hecho de conocer si sobrevivirá la mencionada dependencia a la serie de extinciones de organismos autónomos que se ha anunciado para el corto plazo. En ese caso, habrá que estar atentos para conocer si la atribución de generar información respecto a cuál es el logro en materia de aprendizaje que alcanza cada estudiante en la nación se delega en alguna institución o si desaparece con MEJOREDU.
En Michoacán se continuará esperando a que se modifiquen favorablemente los indicadores educativos, en beneficio de las niñas, niños y jóvenes, toda vez que prevalecen indicadores de rezago educativo, analfabetismo, falta de cobertura, abandono escolar y tasas de titulación muy bajas, que nos sitúan en los últimos lugares a nivel nacional no solamente en indicadores económicos y de competitividad sistémica, sino también en materia de esperanza de vida, de atracción de inversiones e inversión extranjera directa, de calidad de vida y de movilidad social. Es momento de que se trabaje más a fondo para respetar el derecho a la verdad de los ciudadanos michoacanos y a su vez se transparente el estado que guarda el sistema educativo estatal en los aspectos en los que se miden sus resultados con base en los efectos causados en la educación de las niñas, niños y jóvenes.
Durante las últimas fechas, se ha dado por presentar cifras relacionadas con el cumplimiento del calendario escolar, lo cual resulta inexacto e impreciso, toda vez que ni siquiera se ha terminado en lo formal el Ciclo Escolar 2023-2024, lo cual implica el reconocimiento explícito de que en Michoacán de Ocampo se cerró anticipadamente este periodo escolar, hecho que comenzó a realizarse desde la segunda quincena de mayo y hasta la fecha. Así como también se sabe que hubo decenas de paros y suspensiones escolares en múltiples planteles escolares de la entidad federativa, generadas por fenómenos climatológicos como las olas de calor, inundaciones y lluvia, así como la violencia, inseguridad, balaceras y fuego cruzado en las escuelas, daños en la infraestructura física educativa y la conectividad escolares, la falta de servicios básicos como el agua, el drenaje y electricidad, pero también en el consenso entre adultos de realizar puentes sin clases, prolongar y anticipar los periodos vacacionales y también cerrar antes los ciclos escolares por razones ajenas al interés superior de la niñez y la juventud estatales. Todo lo anterior ha sucedido con total impunidad, ya que es un uso y costumbre en nuestra entidad federativa que se realicen este tipo de malas prácticas, cobijadas por la falta de controles existentes en materia de gestión de recursos humanos y de actividades educativas, lo cual deja a las autoridades educativas estatales prácticamente inermes al respecto.
Más aún, los indicadores que se presentan de éxito en materia educativa en la entidad federativa están escasamente vinculados con el aprendizaje, cobertura, permanencia y demás derechos educativos de las generaciones en formación. Más bien, se refieren a la regularización de plazas docentes, a la realización de concursos y de entrega de plazas docentes y de personal de asistencia y apoyo a la educación, así como a las promociones verticales y horizontales. A la fecha no se cuenta con instrumentos estatales para establecer una evaluación diagnóstica en materia de aprendizaje en educación básica, mínimamente, razón por la cual se permanece en la opacidad al respecto, así como se inició el sexenio actual y como ha sido en los últimos años.
Sin duda, hay grandes retos por resolver y grandes expectativas para el próximo ciclo escolar. Lo más importante es que, todas las decisiones que se tomen al respecto siempre coloquen al interés superior de las niñas, niños y jóvenes en la entidad al centro y se pregunten: ¿de qué manera esta medida de política pública que emprenderemos beneficiará el desarrollo educativo de los estudiantes y les expandirá su acceso y permanencia en el sistema educativo michoacano, así como sus garantías de aprendizaje, convivencia y participación escolares? Mientras este tamiz funcione a cabalidad, cualquier gobierno educativo podrá hacer un extraordinario papel y lograr los resultados que la niñez y la juventud en la entidad se merecen. ¡Que así sea!
Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles
*Doctor en ciencias del desarrollo regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, A.C
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