Columnas

El terrorismo me da risa y otras tragedias

«La Grilla en Rosa» de Fabio  (versión sin terrorismo)

Esta columneja debió salir hace varios días, nomás que uno tiene límite. La maldita secta de adoración del narcotraficante tabasqueño se ha dedicado, ya en pandilla y sin vergüenza, a violar leyes, mandatos, constitución, derechos de los mexicanos y lo que se deje, mientras los mexicanitos andan por acá, muy apurados por cómo le va a los participantes de la Casa de los Babosos.

Tenemos en este circo de cuarentamil pistas a la marioneta peleándose con el empresario y activista (uno de los villanos preferidos del inepto macuspano) Claudio X. González, a quien la nena designó «junior tóxico». Pronto se le regresó el mote a la juanita de Palacio, pues la raza le recordó al hijo de su pinche padre Andy López Beltrán -quien fue su amorcito corazón por un rato, dicen-, a la hija de Monreal, a los otros dos haraganes cleptómanos de AMLO -el cuarto también lo es, pero lo dejamos aparte porque tiene todavía edad de fuerzas básicas de la secta-, a los propios mantenidos del gobierno de la Sheinbaum: su nena con cara de muerta que ha vivido de millonarias becas de gobierno siempre y en el extranjero, al otro entenado que llama hijo y que se cree «artista plástico» -que es como se autoapodan ahora pintores y escultores- encontrando espacios en donde solían exponer verdaderos talentos de la plástica y la escultura nacional, y un largo etcétera de rémoras morenistas.

Luego, los atentados con coches bomba en Guanajuato. ¿Qué pasó luego de que los narcos, esos pilluelos, hicieron estallar dos automóviles con potentes bombas destinados a sembrar terror y a matar a cuántos pudieran en Acámbaro y Jerécuaro? Que de inmediato salieron tanto la cecina parada como su Batman Harfuch, no a condenar a los delincuentes… pero sí a defenderlos de que les digan terroristas, porque estallar coches con la clara intención de matar, dañar, sembrar pavor y chantajear no entra en la definición que ellos tienen de terrorismo.

Como ya hasta las reglas y correctas definiciones del español les estorban, desde el segundo retrete de la cuatro retrete nos quieren hacer creer que a los terroristas no debe decírseles por su nombre. ¿Quién asesora a estos tarados, la mustia iniciadora de la modita de los errados y detestables eufemismos políticamente correctos para todo, Lolita Ayala? ¿Cómo hay que decirle a los matones cobardes, «sujetos socialmente malitos», «inadaptaditos en vías de socialización», «delincuento»? Como dijo la reseca el día en que le entregaron las llaves de la gerencia que tan mal maneja: lo que se nombra existe, así que lo que hace el narco en todo México es TERRORISMO.

¿O no es terrorismo el alcalde decapitado de Chilpancingo, el cobro de piso en todo el país a riesgo de ser secuestrado y asesinado, además de ver cómo le queman el negocio que Usted había levantado con años de esfuerzo; no es terrorismo la alianza AMLO-Sheinbaum-Narco, en detrimento del país, para que la secta siga jodiendo desde el poder? ¿No son terrorismo las diarias desapariciones, levantones, masacres, tiroteos, robos de pequeña y gran escala; la leva forzada y no tanto de mocosos para ser metidos a fuerza al narco? ¿No es terrorismo dejar cuerpos desmembrados en lugares públicos con total impunidad?

¿Tampoco es terrorismo y militarización que los soldaditos ahora balacean a quien sea sin meterse a averiguar quién es, que participen en ejecuciones y sólo se detengan porque la presencia de una cámara que no pudieron destruir los detuvo? Es TERRORISMO una presidente que está más dedicada a que a los narcos terroristas no se les llame por su nombre en vez de combatirlos y acabarlos.

En más del primer mes de la reseca: a estas alturas deben ser ya más de dos mil muertos por violencia de sus amigos los no terroristas, y no se ve ni aparece por ningún lado el cambio de «estrategia» (no sé cuál, si no la ha habido, a menos que así se llame oficialmente la complicidad criminal de Morena y los cárteles) para detener la violencia. La versión de la semana pasada le echó la culpa de la guerra que viven los sinaloenses  a ¡Estados Unidos! por haber secuestrado y detenido de una buena vez al «Mayo» Zambada, cosa que jamás intentaron ni siquiera hacer los gobiernos mexicanos en 50 años. Lo dijo uno de los muchos e inútiles generales del ejército de albañiles mexicano.

Y claro, también culparon de todo a Calderón. Peña y su inutilidad no existieron. La corrupta alianza criminal con su cauda de miles de muertos del pejendejo, tampoco.

Tampoco se ha perdido la bonita costumbre de defender delincuentes, como el probadísimo narcogobernador Rubén Rocha Moya, quien desde hace mucho ya debería estar en el bote, no siendo defendido ni por la Sheinbaum ni por la secta. La idea de revocación de mandato ya quieren invalidarla en Sinaloa a petición de este viejo ojete y corrupto, pues se aferra al puesto. Mientras, le llueven por todos lados señalamientos de su narcocorrupción oficialista.

En esas andamos cuando nos acordamos que, también, la marioneta nos tiene metidos en serios problemas con Estados Unidos, a la vez que pronta salió a mantener a la parásita Cuba enviando petróleo y demás bienes mexicanos «en ayuda» a sus dictadores, que tienen a la isla sin ya ningún servicio básico para la población, sin solicitar ni avisar siquiera que está desviando recursos que se han negado a gente como la de Acapulco, por ejemplo, aunque esos merecido se tienen lo que les pasa por votar por sus verdugos.

En el hipotético caso que ganara la ignorancia y Trump, más vale que la escuálida se agarre sus aún más escuálidos calzones porque el racista antimexicano casi lo primero que va a hacer es enviar Rambos y misiles a acabar con los narcos en suelo mexicano. En segundo lugar, va a querer castigar todo producto mexicano que vaya a Estados Unidos y, en general, a joder a México todo lo que pueda por las reiteradas violaciones a los tratados internacionales firmados por el desgobierno de «El Cacas», con costo altísimo para nuestro país.

Kamala también piensa hacerlo, pero con más diplomacia.

Ah, pero se me olvidaba: la autoritaria deshidratada está más apurada por acabar con el Poder Judicial y la secta con la Constitución, y a eso se han dedicado las dos semanas recientes. En los hechos, ya nos quitaron la Carta Magna a los mexicanos para quedar bien con un enfermo mental con serios problemas desde que el par de inútiles fanáticos de una secta protestante que tuvo por padres nunca le pusieron altos ni lo limitaron para que aprendiera a tolerar la frustración.

Como bien titula su columna hoy el genial Guillermo Sheridan: la titina es la Sombra del C(l)audillo.

¿Ven por qué luego no dan ganas de escribir nada?

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