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El 43, el numerito que se le regresa a Andrés

«La Grilla en Rosa» de Fabio. (versión que espera 43 senadores no se rajen)

Para esta columneja no tiene mayor relevancia el 43. Es un numerete más, que ni fú ni fá. Tampoco es símbolo sagrado de nada, como los izquierdosos quieren hacerlo pasar con los vándalos santificados del Caso Iguala. 43 y X es lo mismo.

Pero resulta ser que la numerología no le ayuda al mesías de la perrada. Ordenó hasta donde puso el último voto del Caso Iguala y sus vandalitos «normalistas» que robaron a quienes no debían y por eso así les fue. Que iba a resolver el caso, que los iba a regresar vivos, que iba a castigar a los culpables, que bla bla bla, ble ble ble blu blu blu.

Ese 43 quedó en puro canto y nada de ópera. Por más que el dogmático e inútil Alejandro Encinas quiso torcer todas las versiones halladas mal que bien por Jesús Murillo Karam , el del famoso «ya me cansé» en plena rueda de prensa, nunca presentaron nada que desmintiera lo que investigaron las autoridades gringas (la DEA tiene todos los mensajes de esa noche entre los capos de Guerreros Unidos, los autores materiales de la matanza, lo que le quita todo el punch a la versión de «fue el Estado, que los narcos mismos difundieron con gran éxito) y la inútil Fiscalía nacional, que Alejandro Gertz Manero tenía más entretenida en mantener encarcelada a su cuñada y en pleito permanente a sus familiares.

Supuestamente los padres siguen esperando justicia, mientras su vocero, abogado y vividor de cabecera, un tal Vidulfo Rosales, insistió en el incumplimiento del mesías infalible y lanzó amenazas tan peligrosas como una flatulencia luego de comer chorizo con huevo, de que iban a sabotear cada evento de la títere hasta que les resolvieran su vandalicidio -no se atrevió; puro jarabe de pico-. Yo creo que debieron ponerse en paz desde que su matinee de las siete el mesías les salió con una súper novedad: que los que buscan murieron desde hace cuándo y que está en chino encontrarlos, todo ello con barroquismos para no embarrar a los militares en el Caso Iguala.

Ahora mismo tenemos otro 43 atorado entre ceja, buche y oreja: los senadores de oposición que deben resistir más que la madera de mezquite ante los nada delicados embates del oficialismo y echar para atrás la pendejada vengativa que su mesías llama reforma judicial.

El oficialismo tiene 86 imbéciles (nombre científico en el latín del Sacro Imperio Romano tardío de los barrios ñeros de Constantinopla para la gente de pocas entendederas y mucho fanatismo) que votarán a favor de destruir medio país para que su Niño Fidencio entachado se dé por satisfecho. Pero necesitaban comprar a tres senadores, no a dos -les recuerdo sus nombres: los ex perredistas Araceli Saucedo y José Sabino Herrera, HDP por profesión, güilas del oficialismo por repentina afición-, y el tercer traidor no ha aparecido, atemorizado por la reacción social que los dos arriba mencionados tuvieron.

Como estará la cosa, que el traidor profesional y pejecito de refacción, Alito Moreno, denunció que el crimen organizado los ha presionado para votar junto con Morena. Pues claro: si ya tienen narcopresidente, de una vez hay que tener un narco poder judicial a la orden de los delincuentes.

No se han rajado los senadores de oposición. Ruegue Usted a Santa Apapucia que así sigan, por más presiones, expedientes y casos criminales que la secta quiera armarle, pese a las matemáticas estilo Nueva Escuela Mexicana en las que 86 y 85 son el mismo número de senadores indispensables para sacar adelante su transa.

En este punto aparece otro curioso 43. Cedo los trastos a Salvador García Soto, columnista de «El Universal», quien nos trae este sabroso chisme sobre la DEA y los casos que ya tiene listos CONTRA miembros de la secta por sus innegables, inocultables y descaradas relaciones con los narcos:

«…los otros 43 que están enlistados con nombre, apellido y cargo en expedientes e investigaciones de agencias del gobierno de Estados Unidos, son los que podrían causar un auténtico terremoto en la relación bilateral apenas arranque el nuevo gobierno el 1 de octubre.

«Porque de acuerdo con fuentes del gobierno de Estados Unidos, específicamente de la Administración de Control de Drogas, la DEA por sus siglas en inglés, existen en este momento 43 expedientes abiertos y que se están conformando en contra de igual número de políticos y funcionarios de Morena y del gobierno de López Obrador a los que se les ha investigado y documentado, en los últimos meses, por haber tenido algún tipo de vinculación con grupos del crimen organizado, ya sea por haber recibido financiamiento ilegal para campañas o por tener tratos directos con el narcotráfico.

«Las investigaciones, según las fuentes estadounidenses, están más que avanzadas y se comenzarían a traducir en acciones y acusaciones judiciales a partir de que termine la administración del presidente López Obrador, después del 1 de octubre. Una primera señal, si se decide proceder con la judicialización de esos expedientes en contra de políticos mexicanos del actual gobierno, sería la cancelación de visas estadounidenses a los 43 que aparecen en la mencionada lista de la DEA y el Departamento de Justicia.

«Entre esos 43 nombres aparecen, según nos dicen, políticos y operadores del más alto nivel en la 4T, desde dirigentes de Morena, hasta gobernadores y algunos funcionarios del gobierno lopezobradorista, aunque no se menciona de qué nivel. A varios de ellos se les vincula directamente con el empresario tamaulipeco asesinado, Sergio Carmona Angulo, quien ya era investigado por agencias como el ICE o Servicio de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos, antes de su misteriosa ejecución, por sus actividades delictivas en el contrabando de gasolinas procedentes del vecino país y por haber financiado, con ese dinero ilícito, varias campañas de candidatos de Morena a gubernaturas estatales, diputaciones federales y locales y alcaldías.

«Incluso, de acuerdo con fuentes mexicanas cercanas al caso Carmona, el empresario huachicolero, que se vinculó al dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, futuro secretario de Educación, y con varios de los actuales gobernadores de Morena en estados del norte y el occidente de México, se entrevistó con agentes del FBI y de la DEA estadounidense unas semanas antes de ser asesinado por sicarios en una barbería del supervigilado municipio de San Pedro Garza García, en noviembre del 2021.

«Los agentes estadounidenses habían buscado a Carmona, que los recibió en total confidencialidad en Monterrey, para informarle de las investigaciones que tenía en su contra el gobierno de Estados Unidos y ofrecerle un trato de «testigo protegido» a cambio de que revelara información sobre capos del narcotráfico con los que se había reunido y sobre los financiamientos ilícitos que hizo a las campañas de Morena y sus candidatos. Justo unos días después de esos encuentros, a Sergio Carmona lo ejecutaron en una operación casi perfecta de la que no se han conocido videos y las investigaciones de la Fiscalía de Justicia de Nuevo León fueron extrañamente frenadas y silenciadas.

«El interés particular que tenían entonces los agentes estadounidenses que se reunieron con Carmona, era que les contara de sus contactos con el Cártel de Sinaloa y sus capos, a quienes el empresario tamaulipeco pudo llegar a través de la mediación de políticos de Morena a los que él les pagaba sus campañas. Porque fue el mismo Sergio Carmona quien, antes de ser asesinado, contó a sus cercanos que se había reunido «en dos ocasiones» con Ismael » Mayo» Zambada, a quien había visto en la sierra del triángulo dorado donde se ocultaba y él mismo había revelado que para lograr esos encuentros con el capo sinaloense había contado con el apoyo de políticos de Morena.

«Y justo hoy, que » Mayo» Zambada tendrá su primera audiencia judicial en los Estados Unidos, en la Corte federal de Brooklyn, en Nueva York, la información y las declaraciones que proporcione el capo del Cártel de Sinaloa, sin duda resonarán en México, pero también servirán para apuntalar las investigaciones y los mencionados expedientes que tienen abiertos y casi listos para ejecutarlos, la DEA y el Departamento de Justicia en contra de los 43 políticos y dirigentes de Morena y de la 4T.

«Dicen los estudiosos de la numerología y la cabalística de los números que a partir de que un número se repita tres veces o más, es una manifestación: «Va a suceder algo y será lo mejor que podría pasarte. Puede ser el cumplimiento de algo esperado o un acontecimiento que te servirá como lección o aprendizaje». ¿Será entonces que a las dos veces que el 43 se le ha atravesado e indigestado al presidente López Obrador le vendrá justo ese número por tercera vez desde los Estados Unidos, como una suerte de «lección» desde el vecino país? Que conste que es pregunta cabalística…»

Échense ese trompo a la uña.

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