
El homenaje a Carlos Manzo y Bernardo Bravo que se estaba plasmando en una pared de Apatzingán fue abruptamente interrumpido en Apatzingán cuando estaba ya casi terminado, por órdenes del propietario de la pared.
La obra, ubicada en una barda en la intersección de la Av. José María Morelos y Pavón y la calle Cornelio Ortiz de Zárate, frente a la escuela Morelos en la colonia centro, estaba siendo realizada por artistas del municipio. El mural buscaba honrar la memoria del ex presidente municipal Carlos Manzo y Bernardo Bravo, alcalde de Uruapan que enfrentó a la delincuencia y líder limonero, respectivamente, asesinados en las semanas anteriores. La obra estaba en la etapa de detalles y retoques.
Alegando que no dio autorización a que se hiciera la pintura y que temía represalias por la obra en su pared, el dueño del local optó por mandar quitar el cuadro, sin importarle que la obra ya casi había concluido.
Tras el chasco, otros propietarios de Apatzingán han pofrecido paredes para que la obra se repita y concluya sin contratiempos.




