Tancítaro, 28 de noviembre de 2024.- Chuchito, un valiente niño que ha enfrentado adversidades desde sus primeros años de vida, se encuentra hoy en una lucha crucial por su bienestar.
A los dos años, Chuchito sufrió quemaduras de tercer grado en gran parte de su cuerpo debido a una explosión que dejó cicatrices tanto visibles como emocionales.
Los trágicos hechos ocurrieron el 28 de julio de 2022, un día que marcó el destino de una familia humilde del municipio de Tancítaro.
El pequeño Jesús Ángel, conocido cariñosamente como «Chuchito», tenía apenas dos años cuando su vida cambió para siempre. Esa tarde, una explosión por fuga de gas LP alcanzó su domicilio.
Griselda, madre de Chuchito, enfrentó el fuego con valentía. En un acto desesperado, logró rescatar a sus dos hijos pero ella no sobrevivió, tras sufrir quemaduras en diferentes partes del cuerpo.
A dos años de la tragedia, Donaciano, el padre de familia, quedó devastado. Con lágrimas en el rostro y un vacío en el corazón, abrazó a sus hijos que sobrevivieron al incendio, especialmente a Chuchito, quien quedó con cicatrices que lo han marcado para toda la vida. Las llamas dejaron huellas profundas en su cuerpo y le arrebataron sus manitas y la fisonomía de su rostro, condenándolo a un futuro lleno de desafíos.
Ahora, casi dos años después, Chuchito está por cumplir cuatro años. Es un niño dulce y risueño que, a pesar del dolor físico y emocional que enfrenta todos los días, sueña con un pastel de chocolate para su cumpleaños, que se celebrará este próximo 30 de noviembre.
Pero la realidad es cruda. Donaciano no puede trabajar porque no hay escuelas especiales que cuiden de Chuchito durante el día. Sus jornadas transcurren pidiendo limosna en iglesias y eventos, tratando de reunir el dinero necesario para viajar a la Ciudad de México, donde su hijo recibe atención médica vital para su recuperación. Las operaciones que necesita se extenderán hasta que cumpla los 18 años; cada día es una batalla contra el tiempo, las carencias y el olvido.
Hoy, Donaciano narra esta pesadilla entre lágrimas mientras Chuchito lo abraza y le dice: «No te preocupes papá». A lo que él responde con tristeza: «¿Cómo no voy a preocuparme, mi niño? Si estoy viviendo lo que nunca pensé vivir». Un nudo se forma en la garganta del hombre por no poder ayudar a su pequeño.
Su hijastro José Alonso, de 11 años y a quien quiere como un hijo, no resultó tan afectado por las llamas. «Es algo doloroso; estoy llorando al recordar», confiesa Donaciano.
Pide ayuda porque una mano amiga puede marcar la diferencia para que Chuchito recupere algo más que su salud: su esperanza y calidad de vida.
Porque detrás de las cicatrices hay un niño que solo quiere vivir, jugar y soñar.
Hoy es el momento de ayudar a Chuchito.
Tu ayuda es valiosa
Donaciano Torres Silva proporciona su número de cuenta bancaria: 1525957189
No. Tarjeta: 4152 3139 8908 1711
BBVA Bancomer; Clabe Interbancaria: 012516015259571899.
También invita a todos aquellos ciudadanos interesados en apoyar a seguirlo a través de su fanpage: Donaciano Torres Silva.
-¿Cómo puedes ayudar?
– Contribuciones económicas para tratamientos médicos y terapias.
– Difusión de su historia en redes sociales para aumentar la conciencia sobre su situación.
– Voluntariado en actividades que promuevan la inclusión de niños con experiencias similares.
Chuchito nos recuerda que aunque la vida puede ser dura, la bondad y la empatía pueden cambiar destinos.
¡Únete a esta causa y sé parte del cambio!
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Un peso puede ser la diferencia.