Aquí todo sigue igual, como cuando estabas tú
«La Grilla en Rosa» de Fabio
No cabe duda: la Sra. Diferenta es lo mismo, pero más, mucho más ordinario -barata no va a ser-.
Si pensaron que este monero escribidor estaba haciéndose güey con la títere, se debe a que estaba esperando aunque sea un atisbo de contraste, un poquitín de asimetría con su creador. Viendo que primero me iban a salir várices en las tambochas a que sucediera ese esperado milagro, mejor me puse a dar los comentarios a nivel de cancha.
Lo que mal comienza mal acaba. Los ensorbecidos morenarcos no se tomaron la molestia de acompañarse con representantes de la oposición para que el asno parado que dijo que no se va entrara a la cámara de dipus junto con su marioneta. Sólo cuadernos, no hojas sueltas, de modo que sólo miembros VIP de la secta cleptómana hicieron la entrada con el que no se fue y la que llegó.
Traducción: van otros seis años sin diálogo con la oposición. Si antes, cuando pesaban lo suficiente para frenar el autoritarismo, no lo hicieron, ahora que son puro fantasma, menos. Malo para el país.
Luego, los discursitos: el que debía ser el choro más importante de su agitadora vida lo desperdició la marioneta en decir en todos los tonos y colores de la escala musical qué bonito le mueve las cuerdas su creador, al que sólo le faltó compararlo con Dios Padre en persona.
Mentiras también hay: después de que ni en la entrada ni el el discurso peló a lo que queda de oposición, la marioneta prometió «gobernar para todos». Que explique cómo se hace eso de gobernar para todos excluyendo a la mayor parte del país, que no votó por la continuidad de la destrucción de México.
Viendo que la señora Diferenta sólo tuvo loas para un hombre (patético, misógino, ratero, asesino, narco) no sé como se atreve a decir que «con ella llegaron todas». ¿Todas, quienes? Porque a las madres buscadoras hasta los cuicos y narcos les echaron con tal de que no les afearan más el panorama encontrando a los muertos que el mesías nunca ni siquiera volteó a ver. A las madres de familia las dejaron sin estancias infantiles, sin medicinas, sin tratamientos de cáncer. A las feministas, que tanto asquito le daban al humanista, vallas, policías y gases. A las mujeres de la oposición, insultos, acoso legal y en redes, y todavía más insultos en sus participaciones de Senado y Diputados y desde la mañanera. ¿Quienes llegaron? El club de Barbi()era, nada más.
¿Y las taras del mesías, apá? Acá siguen, frescas y flamantitas: la reseca ya dijo que no va a poner ningún punto final en la exigencia imbécil de las disculpas de España a México por la Conquista; no dará marcha atrás a la Reforma Judicial, que ahora mismo está atorada porque la Suprema Tremenda Corte resiste; tampoco piensa modificar los «abrazos, no balazos», que cerró con 200 mil muertos de AMLO en el sexenio más brutal de la historia.
También sigue prometiendo regalar dinero a lo menso en sus «programas sociales» que no son otra cosa que compra de votos. El pequeño problemita es que su merionetista se chingó todo el dinero disponible para que siga la fiesta de la adquisición de débiles mentales, y la títere o nos endeuda aún más o sigue robando presupuestos de todos lados. Como es calca del mesías, hará ambas cosas.
Y siguen los circos mañaneros, ahora con nombre más cursi: «las mañaneras del pueblo». ¿Cuál «pueblo»? La palabra está tan desgastada y tan apropiada por el mesías que en el diccionario su cara la ilustra. Las veces que su creador la dejó a cargo de ese espacio hacía chilito con el rabo porque la títere no le ponía suficientes insultos, mentiras, datos falsos ni difamaciones. Ahora mismo, cuando ya no es su micrófono, debe estar revolcándose esperando que su presidentita de similares lo haga tan venenosamente mal como él.
Resumiendo: la Diferenta no llega a segundo piso de la cuarta transformación; es un medio escaloncito sin carisma, pero carísima, enjetada, intolerante, transa, con deuda de vidas humanas que no pagó y ahora hasta ex guerrillera, como dijo en la toma de posesión el jetas de ostión Gustavo Petro, haragán que dice gobernar Colombia, revelación que los medios prefirieron esconder.
Ah, y la titina ya se apuntó sus primeros muertos con el asesinato del inepto Ejército contra indocumentados en Chiapas, donde murieron seis. Fiel al origen, nomás falta que, mirando las fotos, nos salga con que: «Ahí están las masacres, ¡je, je, je!»
Pero aquí no hay novedad.
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