Ciudad de México, 19 de mayo, (Guillermo Pimentel / Círculo Digital).– Tras considerar que los maestros deben estar dispuestos a la crítica y a la propuesta, el Presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Manuel Granados Covarrubias, se pronunció por la necesidad de seguir fomentando espacios de participación para los jóvenes en todos los ámbitos, tal y como se practica en la Facultad de Derecho de la UNAM.
Debemos propiciar el debate, la oratoria y el ensayo, “estar dispuestos a la crítica y a la propuesta como personalmente lo he vivido”, enfatizó el académico y también diputado local, quien recibió un reconocimiento de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por 10 años de docencia en esa casa de estudios y su desempeño en la formación de las nuevas generaciones de abogados en nuestro país.
En el auditorio Jus Semper de la Facultad de Derecho, ante la directora de este centro de estudios, doctora María Leoba Castañeda Rivas, compañeros de academia, familiares y amigos, a nombre de los galardonados, Granados Covarrubias destacó que esta distinción sintetiza una obra a favor del conocimiento, y enfatizó la importancia de la educación para las generaciones de mexicanos, sobre todo cuando ésta se hace con entrega y compromiso.
“Los educadores, no podríamos concebir tantos años de pasión y entrega por la docencia jurídica, si quienes formamos parte de la plantilla de profesores no hubiéramos encontrado en las aulas, la sabiduría, la crítica, pero también la universalidad de grandes juristas como Mario de la Cueva, Eduardo García Máynez, Raúl Carrancá, Andrés Serra Rojas, Jorge Carpizo, tantos y tantos maestros que hacen que el recuerdo se transforme en sudor del alma”, resaltó.
El legislador preponderó el valor que tiene para los juristas difundir el conocimiento y también recibirlo en un sentido de fortalecimiento en beneficio de las y los ciudadanos.
Manuel Granados -por separado- sostuvo que el gran reto para los académicos es formar a las nuevas generaciones de abogadas y abogados -pero sobre todo de mexicanas y mexicanos- con una visión distinta de “amor a nuestra cultura, identidad y principios”.
Subrayó: “Creo que cuando alguien -como en mi caso- que tiene un cargo en la administración pública y sigue con la vocación académica, los propios alumnos y profesores nos cuestionan, nos observan, nos regañan. Quienes han sido nuestros maestros nos siguen dando consejos, guía; recomendaciones e, incluso, regaños en temas de debate; pero es, finalmente, un intercambio de opiniones y, sobre todo, experiencias, es un enriquecimiento pleno, total, lo cual nos sigue formando e impide que haya un estancamiento en esa formación”, finalizó.
