«La Grilla en Rosa» de Fabio (versión sacada de onda)
A ver, ya no entendí. Este viernes, la embajada gabacha en tierras huarachudas publicó un pequeño mensaje que a la letra dice: «Es categóricamente falso sugerir que Estados Unidos ofreció a México un alivio arancelario a cambio de investigar a políticos de alto nivel. Estados Unidos y México continúan trabajando juntos para combatir a los cárteles y a los actores corruptos que los apoyan».
Ahora resulta que el Tío Sam y su sobrinito el nazi no dijeron ante medios que los aranceles se le imponían a México como castigo por la «intolerable alianza» del gobierno mexicano con los narcos terroristas, y que los quitarían en la medida de que el gobierno mexicano cumpliera lo que le exigieron. El nazi naranja lo dijo con todas sus letras, no una, sino varias veces, ¿y ahora resulta que no dijeron lo que dijeron? ¿Ya los contagió la Sheinbaumtrufia?
¿También van a negar que dijeron lo de la intolerable alianza del gobiernete de AMLO y de la marionetA con los cárteles, mismos a los que iban a venir a madrear a domicilio, empezando por los políticos morenistas que les permitieron impunidad y crecimiento?
Les recuerdo, amigos gringos, que eso lo dijeron dos veces en documentos oficiales y una más en boca de su presidente. Oficialmente, por primera vez en la historia de la relación bilateral, el gobierno de México es un narcogobierno ante sus ojitos tan azules, springbreakers y racistas. ¿O qué cambió, que no me di cuenta?
ExcelsA ya no tiene capos de categoría cinco estrellas qué entregar, y si bien ahora hacen decomisos de toneladas de drogas, destruyen los laboratorios que el viejo pedorro no tocó y dicen detener a miles de delincuentes (que quién sabe dónde están), su orden directa para ella desde Estados Unidos fue, y se sabe desde hace mucho, que debe, DEBE, entregar a los morenistas metidos hasta el último pelo de su cola de rata en el narcotráfico.
No hacen falta los capos ya agarrados y encerrados en EU para probarlo; fueron tan puercos que los rastros de sus operaciones corruptas son fácilmente comprobables, y todo porque uno de sus financistas electorales y socios en el trasiego de gasolina ilegal, un tal Sergio Carmona, cuyos recursos fueron a dar a Morena vía Mario Delgado, ya estaba en pláticas con la policía gabacha para echarlos de cabeza, y por medio de su hermano alcanzó a hacerles llegar una copia de su celular a los investigadores de la DEA y del FBI antes de que lo mataran en el municipio más rico y seguro de México, San Pedro Garza García, sin que nadie viera ni persiguiera a los homicidas.
Por cierto que no es el primer muertito que desaparece de la escena justo cuando es su llamado a escena en casos que no convienen a la secta guinda. Ya luego hablamos de eso.
Volviendo al punto, ahora los gringos se echan para atrás con lo dicho y prometido. A menos que sea una maniobra para despistar al enemigo, es mala noticia para nosotros que digan que no hay presiones para que la marionetA entregue a sus compinches de la secta sospechosos (confirmados) de narcotráfico, presiones que comenzaron por los aranceles que se cumplieron porque con la mucamA de AMLO todo es puro canto y nada de ópera y no quiso entregar a. los morenistas solicitados.
Eso implica que la impunidad marca registrada Morena siga vivita y coleando. Primero sus narcofuncionarios, enseguidita los cárteles son felices de que Sheinbaum sea tan obediente y nomás les pegue de forma cosmética, sin atacarlos en serio.
Para eso, muchos ya contábamos con los Rambos madreando capos farolones. No nos salgan a estas alturas de la película que dijo su Tío Sam que siempre no, y que en base a no sé que enjuague se rajen hasta de lo que dijeron en forma oficial.
Nou chiflarlau que seir cantadau (en español para los que no entiendan mi inglés: ‘Ora me cumplen o me dejan como estaba).
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