Estados alterados de conciencia
«Somos Nuestra Memoria» de Boris González Ceja
El corazón hace la fortuna; el actuar y el decir construyen nuestro destino (juntos, pero no revueltos). En el caso de la conciencia pasa algo similar, la traemos de acuerdo a nuestros actos y en nuestro decir: algunos hasta el pelo se les cae, otros a punto de enloquecer por su bajeza al actuar, aquellos por su falta de ética, que hasta los tics en la cara los acompañan de manera constante.
¿Has visto a un alcohólico perder la razón? ¿has notado cómo un adicto cambia su comportamiento con o sin drogas? Los estados alterados de conciencia se refieren a cambios temporales en el patrón general de la experiencia subjetiva, de modo que el individuo cree que su funcionamiento mental es claramente diferente de ciertas normas generales para su estado normal de vigilia, en el caso de alcoholismo o drogadicción generado intencionalmente, muchas veces sin retorno; en el caso de los que roban, en el ámbito privado y en público, con su conciencia a cuestas.
Son distintas las expresiones de los estados alterados de conciencia, y pueden aparecer como alucinación, euforia, éxtasis, intoxicación psicotrópica, rabia, shock o choque circulatorio, sueños lúcidos, alienación, psicosis, supuestas premoniciones o percepciones extracorporales, entre otras. También con la depresión o la ansiedad se pueden modificar las percepciones de la conciencia, al igual que por la violencia o al sobrevivir a accidentes, sobre todo cuando la marca del trauma genera una huella fisiológica imborrable.
Algunas personas creen que espíritus malignos los ha invadido, y se inventan cualquier cantidad de tonterías y creencias, con sus respectivas soluciones ignorantes, entre otros, brujería, coaching o chamanismo.
Entonces tenemos estados alterados de conciencia generados intencionalmente o de manera accidental, estos últimos generados por accidentes cerebrovasculares o formaciones atípicas del cerebro.
Por lo anterior, es mejor llamarles a los estados alterados de conciencia como síndrome de vigilia sin respuesta, donde “vigilia” hace referencia a la presencia de apertura ocular –espontánea o inducida- que jamás existe en casos de coma; “síndrome” hace referencia a que deben evaluarse una serie de signos clínicos que conforman un cuadro clínico específico; y “sin respuesta” se refiere a la única presencia de respuestas reflejas.
Los casos de personas en estado vegetativo, con daño cerebral, en coma o con afectación neurológica, puede ser tan variado en sus efectos a nivel de respuesta corporal, que se requieren evaluaciones individuales, además de que las respuestas de las familias son variadas: algunas lo toman como un castigo de Dios, otras asumen sus circunstancias y pueden echar manos a la obra: para todos tenemos acompañamiento psicológico 24/7 en https://linktr.ee/psicologiaparati
Los familiares y asociaciones de pacientes piden reivindicar la necesidad de un diagnóstico riguroso, sobre todo cuando muchos charlatanes hablan en nombre de la salud mental sin tener la formación, experiencia ni capacidades para dar diagnósticos que sean científicos, por lo que es necesario acentuar la urgencia de que se tengan políticas públicas reales y creativas, en vez de viajes al extranjero de sus gobernantes de cuarta.
A nivel institucional es necesario contar con un Modelo de Atención Integral para las personas con síndrome de vigilia sin respuesta y mínima conciencia, donde los nuevos gobernantes tienen la obligación de contar con una estrategia institucional para las familias, sin simulaciones: los diputados también se encuentran en deuda con nuestro sistema de salud, tan vilipendiado.
Y en este caso aplica lo que dice mi amigo Baltazar Gracián: no hay compañía en el mayor aprieto como la de un gran corazón.
Causas y azares…
- Lo que está sucediendo en Culiacán con la SEDENA y su ineptitud no tiene nombre. Habla de la vulnerabilidad social en la que nos encontramos, donde el narcotráfico gobierna amplias franjas del país y donde la ciudadanía se encuentra a expensas de sus decisiones. Mientras se pelean políticos ineptos con otros igual que ellos ¿Por qué no los enjuiciamos a ambos?
- Los presupuestos que la militarización ha mermado a los impuestos nacionales no se ven en las calles, ni en sus promesas falsas: 300 militares en Culiacán, la ciudad de los malandros (como se dicen ellos), con cerca de 100 mil personas y sus familias dedicadas al narcotráfico: saque sus cuentas.
- En México se denuncian sólo el 3% de los delitos, porque sabemos que es ir a perder el tiempo con las autoridades (coludidos con los criminales), y ahora tenemos una cifra negra del 97% en fraudes, por dar un ejemplo: otra más de los mafiosos de las Fiscalías, donde urge una sacudida para ver si hay corrupción o es solo un imaginario.
Hasta la próxima, que el cielo azul, es cielo y es azul, contrariamente a lo que vacilaba Argensola. Mejor dicho: todo está y nada es.
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