CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas, 1 de julio (Corresponsalía / Círculo Digital).– Perseguido por la justicia de los Estados Unidos, el ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington no ha podido poner un pie en sus propiedades de la bella Isla del Padre, pero eso sí, vive extrañado porque sus socios de esos inmuebles, como su ex secretario de Obras Públicas de la entidad, Juan Miguel García García, camina tan campante por las calles de Brownsville, Texas.
De acuerdo con fuentes allegadas al PRI de Tamaulipas, a pesar de que a Yarrington y a sus socios les confiscaron propiedades en Texas, así como congelaron cuentas bancarias, sólo a él lo han indagado las autoridades norteamericanas, por lo que el ex gobernador cree que sus propios socios y ex colaboradores lo “pusieron”, y por eso andan tan campantes.
El ejemplo más acabado de ello es el caso de su ex colaborador y socio Juan Miguel García García, quien se dedica a sus negocios en Tamaulipas, y jamás ha sido siquiera mencionado en notas periodísticas por parte de las autoridades norteamericanas.
Y no hay que olvidar que pocos tan cercanos a Yarrington como García García, a quien el ex gobernador hizo Secretario del PRI en Tamaulipas, Secretario de Desarrollo Urbano y luego de Obras Públicas.
Es público que Juan Miguel García García tiene fuertes inversiones en Austin, Texas, y vive en la colonia más antigua y de mayor prestigio de Brownsville, también en Texas, donde camina tan campante e incluso va de descanso a la Isla del Padre, sin que sea molestado por las autoridades estadounidenses.
Pero no sólo en tierras norteamericanas se mueve tan campante Juan Miguel García García. También lo hace en Ciudad Victoria, Tamaulipas, donde tiene una gran residencia en un club de golf, con caballeriza y alberca. O qué decir de cuando anda por Matamoros, donde tiene oficinas de Lujo.
Por eso, la versión de que Juan Miguel García García entregó información contra Yarrington a las autoridades estadounidenses, a cambio de impunidad, ya es de dominio público entre la clase política tamaulipeca, que considera como absolutamente verosímil tal historia.
